jueves, 27 de abril de 2023

EL COLOR DEL GERNIKA

 

Qué debe entenderse por arte es cosa discutible y no es objeto de esta presentación indagar exhaustivamente sobre ello. No obstante, sí es importante preguntarse qué razón hay detrás de la necesidad de llevar a cabo una obra artística. Sospecho que hay mucho de búsqueda y encuentro en el germen de toda creación.


Hay una búsqueda por hacer visible lo invisible. En cada crimen hay desazón, silencio y complicidad, y el bombardeo a Gernika no fue la excepción. La Guerra Civil Española iniciada casi un año antes del Bombardeo a Gernika caló en lo más profundo del País Vasco aquel 26 de abril de 1937 y fue un antecedente directo de la Segunda Guerra Mundial. Cientos de civiles fueron asesinados y el dolor se magnificó y esparció sobre la comunidad. Como dice Walter Benjamin, los derrotados padecen una doble muerte: no solo son derrotados, sino que también son olvidadas sus voces. En este sentido, la necesidad de transmitir un pathos que emerge desde las raíces de un pueblo lleva a desocultar aquel velo que cubre su verdad. La exigencia de justicia mueve voluntades que buscan la manera de hacerse presentes.


Esta búsqueda nos encuentra en el arte como espacio de salvación. El decir de la pluma, de un pincel, un poema o una canción narra una trama que nos hermana como comunidad. No hace falta oír un grito para escuchar el dolor, como no hace falta ver el rojo de un cuadro para percibir la sangre. Gernika es un lugar de encuentro porque entre el pincel y el cuadro se conduce un dolor que nos interpela. El toro, las mujeres, la espada, el caballo, el pájaro dicen sin hablar. De este modo, el mensaje artístico se sostiene a sí mismo a pesar de las continuas persecuciones porque tiene un compromiso con el pasado y con el futuro. Es nuestra tarea diaria perpetuar este legado y seguir construyendo una identidad en la cual nos sintamos reflejados.


Retomando el interrogante inicial, estamos en condiciones de afirmar que la obra de arte, aunque pasada, es un aquí y ahora; un lugar de encuentro que guarda una memoria que debemos custodiar.
FEDERICO RATTI






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