El
investigador de mitología y antiguo profesor Claude Labat acaba de publicar una
de las grandes obras de su carrera, «Libre parcours dans la mythologie basque»,
el resultado de cinco años de investigación. La obra de este año, que ha
dedicado su vida al estudio de la historia de nuestro pueblo se basa en los
paisajes y en una visión del tiempo en cambio.
Idoia ERASO | BAIONA
El título de la obra de Labat, que en castellano
se podría traducir como «Recorrido libre por la mitología vasca», define el
espíritu con el que ha sido escrito el libro. Como consecuencia de una profunda
investigación llevada a cabo durante toda una vida y completada en estos
últimos cinco años de jubilación, Labat muestra una visión muy personal de lo
que es la mitología. «Sin duda, he estado influenciado por los paseos que
realizado durante todas las estaciones. Poco a poco me he forjado una convicción:
la mitología no es una cuestión de dioses, sino de lugares. Lugares que son
también como un libro que narra una aventura muy antigua y que sigue
escribiéndose», explica Claude Labat.
La definición que el autor hace de la mitología
deja entrever la visión innovadora con la que estructura su obra. Por un lado
está la visión del paisaje, que «es más que un `lugar para vivir'; es el
decorado en el cual actuamos nuestra existencia». Basándose en ese precepto, el
libro está dividido en los ocho espacios vitales que nos definen: la luz y la
noche, la tierra y el firmamento, la montaña y el bosque, el río y el océano,
el camino y el puerto, la casa y la tumba, el barrio y la plaza, y por último,
la ciudad y el horizonte.
Por otro lado, la definición de Labat sobre la
mitología también incluye una visión del tiempo no limitada a épocas antiguas,
sino mantiene que son una creación continua de la sociedad. Es por ello que
están integradas en el libro tanto las leyendas tradicionales, como Mari,
Ortzi, Basandere o Tartaro, pero también aparecen hechos históricos convertidos
en mitos, como el peregrinaje del camino de Santiago, la batalla de Orreaga o
la caza de brujas en Euskal Herria. Estos hechos históricos los une con otros
actuales, como, por ejemplo, el Museo Guggenheim de Bilbo, la catedral y el
helicóptero o la ola Belharra de la costa de Zokoa.
Manteniendo esta visión abierta en el tiempo,
Labat explica el interés que crea el tema: «La riqueza de la cultura vasca
interesa a mucha gente, y la mitología es una manera muy interesante de dar
conocer la cultura vasca de forma viva».
«Esta obra no se habría publicado nunca si no
llega a ser por la pasión de Labat y por la colaboración entre Elkar y la
asociación Lauburu», en palabras de Peio Etcheverry-Aintziart. Este trabajo,
con forma de enciclopedia y repleto de ilustraciones y fotografías, es definido
por su editor como una obra de extrema rareza. «Es un ovni en el mundo de la
edición. Tiene 350 páginas, un millón y medio de caracteres y 700 imágenes. Es
una obra tan seria como innovadora», apunta.
La seriedad mencionada por el editor se basa
sobre todo en el gran trabajo realizado por el autor, quien ha consultado,
reconoce, a «grandes genios de la antropología como fueron Baroja o
Barandiaran; he ido -explica- desde Antoine d'Abbadia hasta Thierry Truffaut. Y
he buscado en otras culturas sobre los mitos y sobre ese hilo conductor que son
los paisajes».
Basándose en las mitologías de otros lugares,
Labat desmiente algunos de los considerados como mitos vascos: «Propongo una
forma de verlo diferente. Por ejemplo, Mari es importante, pero no es la más
importante. La mitología tiene los mismos fundamentos en todo el mundo, solo
que aquí tiene un `color' particular».
Para mostrar la particularidad autóctona, el
investigador pone el ejemplo del peine de oro con el que alisa su cabello la Lamia. Para encontrar
una historia comparable hay que trasladarse hasta Japón.
Exposición en el Museo Vasco de
Baiona
El libro de Claude Labat se completa con
una exposición en el Museo Vasco de Baiona. Una obra mural de varios metros
realizada por el mismo autor muestra su visión de la mitología. Una mitología
viva, en continua creación y con una explicación muy particular. Formado el paisaje
montañoso y costero de Euskal Herria se descubren (mirando con atención) dos
mujeres: la Tierra Madre,
una mujer embarazada, y Utopía, una mujer que mira al infinito. «La Tierra Madre acoge a
lo básico, el fundamento de la mitología vasca, y Utopía da entrada a lo que ha
llegado después: las Guerras Carlistas, la Casa, el pueblo y la ciudad...».
Sobre el paisaje de la Tierra Madre se
sitúan decenas de personajes de la mitología clásica vasca como Tartaro, las
Lamias o Basajaun. El paisaje de Utopía acoge en su ser los hechos históricos y
actuales que forman parte de nuestra mitología actual. Empezando por el
peregrino de Santiago de Compostela hasta los indignados que siguen protestando
en nuestras calles, Labat crea visual y artísticamente su personal concepción
sobre la mitología. Una visión que hace referencia a la responsabilidad:
«El progreso, el capitalismo y los movimientos sociales que se han creado, como
el de los indignados, forman parte de nuestros mitos. Tenemos una misión,
tenemos que seguir despiertos para que en Euskal Herria sigamos siendo el
centro de la percepción. Tenemos que hacer llegar el mensaje de nuestra
cultura».
Hay también proyecciones y conferencias a cargo
del autor, quien explica que «como profesor y animador de la asociación Lauburu
he llevado a cabo investigaciones sobre la cultura vasca y mucha gente me decía
que faltaba una obra didáctica y accesible sobre la mitología». I. E.
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