jueves, 17 de diciembre de 2020

EGRESADOS 2020- AGURRA

Si el Oráculo de Delfos o alguna pitonisa nos hubiera advertido de lo que nos iba a traer el 2020, seguramente pocos le hubieran creído. Estamos tan acostumbrados a seguir una rutina que hasta una pequeña improvisación nos desestructura y ni hablar si lo que desentona es algo grande y que no depende de nuestra voluntad. En un abrir y cerrar de ojos nuestros planes de principio de año se vieron trastocados. Esto se profundiza si tenemos en cuenta que el antídoto para atender a alguien que está triste, enojado o enfermo también está vetado. Usualmente nos acercábamos, suprimíamos la distancia para acompañar a esa persona. Esta situación nos llevó a resignificar el verbo cuidar. Me pregunto, ¿qué cuidamos en el cuidar? ¿Se puede cuidar en la distancia? 6to Sociales me demostró que sí. Cuidaron sus valores, la risa -tan importante en estos tiempos-, sus vínculos, sus aprendizajes y cuidaron nuestro cariño. También cuidaron mi salud mental, los interminables Zoom de los lunes que devenían de aula a diván rodearon de sentido mi quehacer diario a la vez que les sirvieron a ustedes como fuente inagotable de Stickers. Felicitaciones, porque supieron cuidar y estar a la altura de los acontecimientos.


Sin embargo, insistiendo en lo que les dije en su último día de clases, sería inapropiado reducir su paso por el colegio al sexto año. Este curso se conoció como tal en aquel lejano 4to marcado por encuentros y desencuentros, personalidades tan fuertes necesitaban de su espacio para acomodarse y reconocerse. Pero con gente tan honesta solo era cuestión de tiempo, y así fue como en 5to se consolidaron como un grupo donde primó la unión y el respeto por la diferencia. El último año supieron transitarlo con la madurez que los identifica. A lo largo de este tiempo defendieron sanas convicciones con palabras y acciones, ¿qué más se le puede pedir a un grupo de adolescentes? Los admiro y siento que nuestro deber con ustedes está cumplido.

Les voy a pedir que miren a sus costados, miren las instalaciones y a quienes los acompañaron el día de hoy. Mírenlos a los ojos. Fueron quienes decidieron que gran parte de su vida haya transcurrido en este lugar. Esa decisión fue el primer paso para llenar su corazón de recuerdos que atesorarán junto a ustedes: las clases compartidas junto a cada docente, las charlas en los recreos, las fiestas vascas, los certámenes interescolares, los torneos deportivos, la espera matutina en el Gurezat hasta que arranque la jornada, y tantas otras vivencias significativas. Les cuento un secreto: el tiempo es raro y a medida que pasan los años los detalles de sus recuerdos se vuelven cada vez más precisos. Hay momentos breves que duran toda la vida.


Se vienen nuevas experiencias y en su mochila llevan todo lo que necesitan. Créanme que están preparados. Acá van una suerte de deseos dado que “este asunto está ahora y para siempre en sus manos”:

  • Ojalá que la honestidad y valentía que demostraron durante su escolaridad sean su faro en cada decisión que tomen.

  • Ojalá que los contenidos académicos aprendidos les sirvan como suelo para seguir formándose en aquello que los apasiona.

  • Ojalá se lleven también valores humanos, como ese viejo lema que Zisman les inculcó semana a semana: “amigo es el que critica de frente y elogia por la espalda”.

  • Ojalá sigan creando y haciendo de este mundo un lugar mejor para vivir porque, como dice La Vela, “no voy a tolerar que ya no tengan fe, que se bajen los brazos, que no haya lucidez”.

  • Ojalá vuelvan de tanto en tanto, porque a casa siempre se vuelve.

Hay un plan racional de vida que se nos impone en la gran ciudad, el más visible seguramente. Hay quienes lo llaman progresar y se basa en estudiar, trabajar, tener un sueldo, formar una familia, tener una propiedad, ir al cine o al teatro, recibir reconocimientos, entre otras cosas. Pero los invito a que también le presten atención a nuestra condición existencial más originaria. Esa otra cara de la vida en la que meramente existimos y, sin saber por qué, nos conmovemos con un poema, disfrutamos el olor a café de la mañana, charlamos con nosotros mismos, contemplamos una flor o le sonreímos a un extraño.

6to Sociales, gritaría “huyan” por última vez, hay un mundo que los espera, pero dada la formalidad del evento, me limito a decirles que los quiero y los voy a extrañar.

FEDERICO RATTI

Este 2020, hizo que todos seamos un poco mas nosotros, tuvimos que buscar en nuestro interior. Así hacemos hoy, ofreciendo a nuestros egresados, la primera melodía, a la que se le llamó AGURRA. En este renacer, para todos buscamos en los orígenes del folklore vasco para esta generación, en este año  2020.
AGURRA EGRESADOS 2020
AITOR ALAVA

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