Urtarrilak 16, igandea: Atharratze
Urtarrilak 22, larunbata: Pagola
Urtarrilak 29 edo 30 (data zehazteke): Lexantzü
Otsailak 6, igandea: Barkoxe edo Altzürükü
Otsailak 13, igandea: Barkoxe edo Altzürükü
Otsailak 26, larunbata: Santa Grazi
Martxoak 6, igandea: Muskildi
Martxoak 12, larunbata: Idauze
Martxoak 19, larunbata: Ainharbe
Martxoak 26, larunbata: Aloze
Apirilak 10, igandea: Iruri
Apirilak 17, igandea: Gamere-Zihiga
Como es conocido, muchas de las mascaradas invernales europeas mantienen una serie de rasgos comunes: ruidos, saltos y persecuciones; teatralización o escenificaciones satíricas; música, canto y danza; o una separación del cortejo en grupos antagónicos. En otros casos la cuestión no es tan clara o enriquecida. Bebiendo de este contexto, las Mascaradas de Zuberoa iban languideciendo en el periodo entre las dos guerras europeas e incluso, se vio reducida al simple cortejo de los principales o “aitzindariak”. Tendencia que ha ido revirtiendo en modo desigual, en los últimos 50 años, obteniendo una proyección inusitada dentro y fuera del territorio, logrando una mayor implicación de sus habitantes y efectuando modificaciones de cierto calado (dilatación del periodo de representación, ampliación geográfica de las visitas, la participación femenina o infantil, nuevas aportaciones del repertorio dancístico y musical, etc.).
“Maskaradak” diurnas organizadas de modo formal por la juventud de una determinada localidad y de carácter itinerante en su realización en distintos pueblos (antes desde primeros de año hasta el Martes de Carnaval) y que en esencia, contrastaban con las desconocidas “Maskaradak” nocturnas de escasa o mayor espontaneidad en sus acciones de grupos de jóvenes, adolescentes o niños recorriendo el centro (karrikesak) y los distintos barrios (gainetesak) de su municipio de pertenencia. Además, si las primeras se dividen en rojos y negros, estos grupos de “maskak” se distinguían entre máscaras danzantes y no danzantes. Si en las diurnas se busca la confraternidad y buena vecindad interlocal, las nocturnas jugaban a engañar, sacar réditos de sus licencias (cuestación y comida en común) y tratar de preservar sus identidades (ademanes, fingir la voz o emitir sonidos guturales o evitar mostrar sus capacidades dancística) frente a sus vecinos. Unas miran hacia las relaciones sociales (no sin cierta rivalidad juvenil) fuera de la comunidad y las otras hacia las interrelaciones de la propia colectividad.
Según distintos testimonios (recogidos o vividos por Michel Duvert y Jean Bordaxar) eran simples cuestaciones nocturnas que amparadas en la falta de visibilidad y el silencio de la noche, trataban de sorprender a los habitantes de una vivienda o barriada. Pues sonaba la leve melodía de una conocida danza y esperando a los principales (aitzindariak) con sus antifaces e indumentarias clásicas, rituales danzas o cantos y propiciando la cohesión social y por el contrario, les aparecían el tropel de harapientas “maskak” (similares a “zirtzilak” del resto de Iparralde) con sus licencias o libertades, peleando de modo fingido y gastando todo tipo de bromas o gamberradas, parodiando y tratando de emular danzas o cantos y generando un cierto rechazo o distanciamiento de los moradores de las casas visitadas. Todo lo contrario que lo que suscitaban las “maskak” danzantes y su ordenado comportamiento. Es decir, ambos grupos eran la pálida imagen de los componentes de “Maskaradak” diurnas e incluso, una cierta degeneración del cortejo de los negros. Parodias y cuestaciones amparadas por la oscuridad de la noche que solían terminar el Martes Gordo con la inevitable quema de “Zanpantzar” (Pançart).
JOSU LARRINAGA ZUGADI
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