A centenares de kms de distancia, por momentos la cabeza discurrió por mundos paralelos. La antesala de un escenario, exactamente en la trampa del mago, donde miradas perdidas buscan salir del blanco escénico, hicieron surcar una tabla excel comparativa. Fue transitar la serie Dark, en cada escalon a ese escenario cuya pendiente es un desafío y más si la posibilidad de pasada escénica no existió.
Una semana antes, los meses en cadena de producción, entristecieron esa ultima clase pre-performance. Cuantas dudas, si no voy a estar, puedo influir y opinar sobre mi no-asistencia, dudas y certezas por igual. La escucha en lo grupal es como la niebla, afecta según la distancia, de lejo s es una cosa y dentro de ellas quizás no la notas. Un espacio, recorrido a diario durante años y unas barreras físicas que el tema a tratar hacen discernir entre el bien y mal de la sociedad a cada paso, en cada acción, en cada mandato capitalista que nos hace ser y actuar en lo que somos, en lo que pensamos, en lo que mandamos, en lo que nos dejan hacer y en lo qu hacemos cuando nos saltamos cualquier tipo de norma.
En la pata del escenario, recordatorio 7 años atrás un oso, se desmaya por segundos, el traje-el calor, todo un exceso, tiempos para el no sufrimiento y disfrute, mientras sabia , todos mis compañeres del postitulo, llevaban esa caja personal, esa alma desnuda, le interior en nuestras verdades, contadas o no, públicas o no, ocultas o no, todas ellas al descubierto del bien grupal y accionar comunitario. Por el sur, cada caja grupal, lucía lo que somos, fieles al legado, osados, atrevidos, timoratos, valientes e impunes.
La doble educación en el publico, la que tiene y ejercita en el acto performatico y la que se le da desde el acto peformatico. El silencio como cabalgante en el respeto al otro no es más que el intimo acto democrático en el reconocimiento a los demás. Sabía sin saber, los extremos estaban sucediendo en simultaneo. Uno no desea enrocar como ajedrez, solo disfrutar del silencio del que mira, no es mucho pedir. Cuando desde los propios artitas no alimentamos sanamente a nuestro público con el tiempo , las pausas de la mirada desaparecen, cultivemos la escucha en el espectador y su pensar crítico.
Terminada nuestra danza cuerda, comunitaria en su misma esencia, necesitaba saber si el dispositivo ya me daba imágenes a la distancia, tardaron. Llegaron, en el instante donde el cuerpo se distensiona y redimensiona la singladura realizada. Estaba feliz, por los propios a centenares de kms de distancia.
AITOR ALAVA
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