sábado, 27 de enero de 2024

ENTRESIGLOS, EL PAPEL DE LA DANZA TRADICIONAL

 ENTRESIGLOS, EL PAPEL DE LA DANZA TRADICIONAL       


                                                                          Hace una semana se ha otorgado el galardón “Ondare Saria” (Patrimonio histórico-artístico-cultural de Gipuzkoa) al grupo Ikerfolk-Argia dirigido por Juan Antonio Urbeltz. Lejos quedan los alardes y concursos masivos de los años 60, las suites resumen de las danzas tradicionales o el ávido deseo de conocer en origen, las entonces desconocidas tradiciones coreográficas de nuestro país. El grupo Argia había iniciado esa andadura, le denominábamos “la revolución cultural” y muchas personas o grupos (Andra Mari, Ortzadar, etc.) nos sumamos a esa búsqueda de las originales, vigentes o desaparecidas manifestaciones de nuestro folklore. Método Laban u otros rudimentarios sistemas de notación, magnetofón y cámara de fotografía eran las herramientas de recogida. Todo ello eclipsado, hoy en día, por los sistemas digitales o la inmediatez de las redes sociales de información y la velocidad en los desplazamientos en automóvil o las evidentes mejoras de las vías de circulación que solventan los limites de aquella época.

Para el inicio del nuevo siglo, los músicos y “txistularis” ya andaban en la búsqueda de renovados horizontes o la experimentación del instrumento y sus posibilidades melódicas. Como es clásico, esta corriente experimental ha venido de forma más tardía en el mundo coreográfico. Los primeros pasos se gestaron en la elaboración de singulares puestas en escena de las danzas tradicionales, con un hilo conductor del espectáculo, el dinamismo de las escenas, variedad de músicas, melodías, indumentarias y escenografías. Este furor teatral fue relegando las magnas concentraciones basadas en la cantidad, en aras de un contagio exacerbado o incluso, dudosa calidad en el ámbito de las artes escénicas. Paralelamente, se compaginaba con una finalidad de animación sociocultural y festiva (Carnavales, San Juan, semanas culturales, etc.) en el marco geográfico referente de las agrupaciones de danza tradicional. Paradójicamente, se forjaba un periodo de afirmación de la identidad, frente a una tendencia de un  mundo cada vez más globalizado.

En la actualidad se barajan diversos campos de actuación, la paulatina inclusión de los aspectos tradicionales en el campo educativo formal, la elaboración de nuevas creaciones estéticas sustentadas en la combinatoria de pasos o melodías del elenco vasco, la incidencia en la igualdad de género u otras situaciones discriminatorias, el influjo en otros ámbitos de las artes escénicas o la terapéutica, etc. Sin duda que cada generación ha sido es y será sujeto activo y creativo de las producciones o tendencia que se generan de modo consciente e inconsciente, proyectado sobre la sociedad la impronta que ello va a suscitar o definir. Si la búsqueda de la tradición pura y estática era un error, las adaptaciones del folklore (basadas en una estructuración tradicional), trasvasadas a una sociedad actual distinta, sin una seria reflexión previa, no están exentas de originar clichés que luego pueden ser perniciosos en el ámbito de la cultura tradicional. No hay duda que el pensamiento es libre y las opciones también, pero en todas las ocasiones se debe valorar que las condiciones del entorno y las decisiones adoptadas tienen gran impacto e influjo a futuro.

JOSU LARRINAGA ZUGADI

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