lunes, 23 de enero de 2017

Una de Danza, fútbol y política.


17 años y 93 minutos.


93 son los minutos que ayer estuve con la esperanza que un rayo de justicia campe por las hierbas balompédicas. Es algo cíclico, una vez al año un deseo fervoroso, un ansía, un ser interior, que está necesitado de cierta venganza histórica. A medias me quedé,,,

No me da el cuerpo para poner el link donde el actual admirante de los colchoneros se jacta de una jugada en el viejo San Mames. Lo hecho no es borrable con el codo, no. Regocijarse tantos años después demuestra cierta idolatría, en traje narcisista, bañada de egoísmo... la humildad te la debo.

Un muslo con una hendidura de varios centímetros, dejó y lastró la carrera de un gran jugador. Un jugador figura durante los 90 de los leones. Un jugador con carrera universitaria, no hay tantos. Un jugador alejado de los grandes flases. Se casó en una gran intimidad. Un 1 de enero. Solo 15 personas presentes, contado el clero , la familia, el fotógrafo y 4 más. Ceremonia corta y aurresku a la salida. Y conocer su casa,,,mientras entraba en ella recién casado escuchando al txsitu el himno de la Real. Nos pidieron discreción y la tuvimos, la foto nunca nos llegó,,, por ahora.

Falta un iten del título. El balompié y sus logros son más políticos que otra cosa, si este año los catalanes ganan la liga no será por que les abren los peajes en el área, lo dudo. Y que este año por ley un equipo vaco tiene que descender, como decía un ilumina-ti de la política vasca, lo saben los niños de pecho.

No tengo dudas, el Simeone, nunca leerá este articulo, por cieRto, aun haciéndolo, será siendo esa persona nada querida para aquellos que tenemos memoria, estábamos en el campo aquel día y además bailamos el aurresku-boda a Julen Guerrero.

AITOR ALAVA
23/1/17



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