Jauzis, la coreografía perfecta
Dicen que el círculo es esa expresión perfecta, una figura sin principio ni fin. Un ciclo en el que todo se repite, como agua que se evapora formando nubes que serán lluvia. Y precisamente con esa simbología de unión, decenas de personas se congregaron este domingo para trazar la alegría de bailar en San Fermín.
Hacerlo para seguir elevando una tradición ancestral que reúne espontáneamente a quien se quiera acercar para bailar en grupo una misma coreografía, girando en círculo, encadenando los pasos que canta el marcador y manteniendo los compases durante más de una hora en el caso que nos ocupa.
Los jauziak, saltos en euskera, fueron protagonistas indiscutibles de un encuentro sanferminero marcado por el calor, una ‘fiesta coordinada’ que ya forma parte de las citas ineludibles. Y con esa fuerza que transmitieron decenas de hombres y mujeres encarnando unas dantzas más que conocidas en la región de la llamada ‘Baja Navarra’, con Valcarlos incluido (Lapurdi, Zuberoa y Bearne), la alegría se dejó palpar.
Y pese a que la teoría dice que la actitud del bailarín debe de ser relativamente seria, solemne quizá, lo cierto es que el buen ambiente reinó desde el primer compás que animó una Plaza del Castillo abarrotada desde bastante antes de las once. De la mano de la Federación de Dantzaris de Navarra-Nafarroako Dantzarien Biltzarra, su presidente, Juan Carlos Ornat, aplaudía el calor recibido por quienes ya son fieles de cada convocatoria.
Un domingo de Sanfermines que arrancó con ese entusiasmo que generan, incluso con cuerpos cansados, bailes de tinte compartido. “Somos de Tafalla y este tipo de dantzas son muy divertidas porque cualquiera puede sumarse y disfrutar el rato que quiera”, indicaban Haizea Campos, junto a sus amigas Macarena Goldaracena y Paola Díaz. Y con esa finalidad, la cita pretendía convertirse en ‘catalizador’ del folklore y de las tradiciones en el corazón de la fiesta, “donde todo el mundo fue bienvenido”.
Gente espontánea, bailando y reforzando esa idea de que, en San Fermín, la esencia se respira en cualquier rincón de la calle. Y así, con el bienestar de compartir sonrisas entre quienes eligieron darse la mano en una mañana dinámica, la cita seguirá haciéndose fuerte. “Sabemos que tenemos que darle un empujón para que la generación adolescente se implique, también es verdad que cada vez se están conociendo más”, reflexionó Juan Carlos Ornat, con esa música animada que siguió sonando, como si la vida fuera cosa de un único baile.
NOELIA GORBEA
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