DANZAS-JUEGO
A falta de una
clasificación sistemática e inventariado de todas las danzas tradicionales del
país, y al margen de unas mínimas categorizaciones establecidas, delimitamos
aquí mismo una tipología que habitualmente se escapa, por su particularidad, al
resto de formas coreográficas.
Nos referimos a
las "Danzas-juego" con sus respectivos componentes y con una melodía
que, a veces, se acompaña de su propia letra. Ofrecen la forma más espontánea y
divertida de danzar, siendo utilizadas, no obligatoriamente, en fechas
prefijadas y en un principio, según los testimonios más antiguos, con poco
público pasivo asistente.
Han sido, y son,
realizadas tanto en interiores, como en exteriores. En un origen, por jóvenes y
adultos, hasta cierta edad, del sexo varón. En contadas ocasiones por muchachas
o mujeres.
Habitualmente no
solían ser coincidentes con las realizadas por niños y niñas. No obstante con
el paso del tiempo, muchas de ellas han ido trasvasándose, de forma progresiva,
al mundo infantil, considerándose, por error, como propias, en origen, de los
más pequeños.
Tipologías y tipos
Si bien la
estipulación, formulada a mediados del siglo XX, como genérica de
"Danzas-juego", a lo largo de la geografía del país, y en lugares
determinados, se siguen manteniendo ciertas denominaciones locales.
En Luzaide (Nafarroa), por
ejemplo, a este tipo de danzas locales, se las conoce como Kalapita jantzak.
En el Valle de Baztan
(Nafarroa), donde el ciclo contiene un fuerte componente de juego, se las
conoce como Irri dantzak o Jostaketa dantzak.
Aquí no se van a
citar todas, sino las más conocidas dentro del amplio abanico existente. Para
ello las diferenciaremos en dos grupos básicos y a partir de los mismos
desgranaremos cada unas de las particularidades, siempre teniendo en cuenta que
aquí no se mencionan las que en parte, o completamente, se utilizan animales.
Sin duda alguna,
las Irri dantzak del Valle de Baztan (Amaiur, Arizkun, Azpilkueta,
Elizondo, Erratzu...) como ciclo compacto y con denominación de origen, son las
más conocidas en Euskal Herria. La historia de las mismas, así como su
coreografía y músicas han sido publicadas en diferentes ocasiones.
Dicho ciclo está
compuesto por1:
- Bizkar Dantza / Bizker Dantza
- Eskalapoin Dantza
- Esku Dantza
- Ipurdi Dantza
- Jean petit qui danse / Xanpetrike / Xapenpetiki dans / Lepetike dans
- Isats Dantza / Itsas Dantza / Itses Dantza
- Katadera Dantza
- Katadera Dantza inguruan
- Paxa Dantza
- Saskito Dantza
- Zartain Dantza
- Zurrume Dantza
De todas estas
danzas, existen variantes coreográficas y musicales fuera del valle. Algunas de
ellas como la Katadera
Dantza recibe otros nombres como Alki Dantza, Silla
Dantza, Kadera Dantza o Kadira Dantza, circunscribiéndose su
ámbito geográfico a Nafarroa.
De Bizkar
Dantza encontramos paralelismos directos con el "Baile del
Plego" de Ablitas
(Nafarroa) o Ezetz ixetukoa de Otxandio (Bizkaia). Lo
mismo sucede con Saskito Dantza y Almute Dantza practicada en
el Valle de Ultzama (Nafarroa).
Isats Dantza, al igual que Korrea Dantza o Ugal
Dantza contienen un componente añadido al juego y, éste, es el castigo. Al
que no haga repita los movimientos del primero será golpeado con una escoba o
cinturón o, como en el caso de la Zartain Dantza, al que se quede sin
silla para sentarse se le embadurnará la cara con la sartén, a la que
previamente se ha pringado con corcho quemado.
Junto a las
anteriores más extendidas, nos vamos a detener en una danza ejecutada en la
mayor parte de la zona vascófona de Bizkaia, el norte de Araba y parte de
Gipuzkoa. Nos estamos refiriendo a Txakolin (Dantza).
De sencilla
coreografía, existen algunos estudios no publicados y ciertos retazos
conocidos. La variabilidad, por otro lado mínima, da un margen coyuntural
producido por tener su propia letra, la cual se antoja peculiar y nos dice de
la particularidad del momento de ejecución, así como de la no necesidad de
instrumento musical alguno que acompañe a ello.
"Txakolin, txakolin,
txakoliñek on egin,
txakoliñek emongotso
Maritxuri zer egin.
Aurten merke, igez karu
ez da inportadutzen,
txakoliñek emongotso
Maritxuri edaten.
Txakote, majote,
txako, txako, txakote,
txakote, majote,
haraxe ta honaxe.
Peruxe, Maruxe,
Peru, Peru, Peruxe,
Peruxe, Maruxe,
haraxe ta honaxe.
Txako, txako, txako,
txako, txako, txakote,
txako, txako, txako, txako,
akabue dok euxe."
txakoliñek on egin,
txakoliñek emongotso
Maritxuri zer egin.
Aurten merke, igez karu
ez da inportadutzen,
txakoliñek emongotso
Maritxuri edaten.
Txakote, majote,
txako, txako, txakote,
txakote, majote,
haraxe ta honaxe.
Peruxe, Maruxe,
Peru, Peru, Peruxe,
Peruxe, Maruxe,
haraxe ta honaxe.
Txako, txako, txako,
txako, txako, txakote,
txako, txako, txako, txako,
akabue dok euxe."
(letra
de la versión de Txakolin Dantza procedente de Loiu (Bizkaia).
También existen
otras danzas donde el utensilio utilizado es obligatorio para su ejecución. Las
tenemos en las que se utilizan palos, Makil dantzak, generalmente por
Carnavales: en los pueblos guipuzcoanos de Amezketa (Talaik),
Abaltzisketa (Txantxo
Dantza); o en Lapurdi, con el nombre de Makil ttippi. O en las
que, además, se ha de golpear a un pellejo de vino, vacío e inflado: Zaragi
Dantza, Zagi Dantza, Zaku Dantza o Jorrai Dantza, repartidas por los
territorios de Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa.
Otro factor
importante en la configuración de una "Danza-juego" es la animosidad
y la provocación de la risa mediante el aspecto jocoso. Esto lo encontramos,
sin lugar a dudas, en las Sorgin Dantzak de Oria (Gipuzkoa)
(procedente de Bergara
(Gipuzkoa) y de Antzuola
(Gipuzkoa) y la Txino
Dantza de Aretxabaleta (Gipuzkoa),
donde los muchachos, una parte vestidos con indumentaria femenina hacen gestos
y toqueteos que producen hilaridad en el público.
Una vez más, la
fuerza del lenguaje, y del idioma, nos resulta rico en la variedad de denominaciones
y variaciones lingüísticas del fenómeno.
A las más específicas
Frente a las
"Danzas-juego" que ocupan mayor extensión en el país, nos encontramos
con otras que únicamente se encuentran adscritas a un solo lugar.
De esta forma y
como ciclo existente en una sola localidad nos encontramos con las nueve danzas
de Carnaval de Lizartza
(G) o las conocidas de San Juan de Berastegi (G). En ambos
casos, la consolidación del conjunto, así como la cierta similitud existente,
las hace un referente a tener en cuenta, no solo por los movimientos, pasos y
gesticulaciones, éstas últimas un tanto peculiares, sino también por la
utilización de diversas herramientas (palos, broqueles, alabardas, etc.).
Si bien, en
ciertas ocasiones, como pueden ser entre otras las anteriormente citadas, el
manejo de utensilios se hace de forma únicamente coreográfica, en otras, se
hace más evidente y palpable su utilización, tal y como ocurre con la Maskuri Dantza
de Hernani (G).
Singular por su ejecución, ya que el cortejo sale y entra por portales,
callejuelas y comercios, como por la contundencia física ejercida por sus
componentes, arreando a diestro y siniestro con las vejigas infladas que
portan.
La actitud
manifiesta de que el sujeto pasivo, de alguna manera, forme parte del acto,
también produce una conjunción de distintas relaciones a nivel social y de
comunidad. Tal es el caso, también, de Pipaón (A) donde, a eso de las 12 h. de
la noche del día 15 de agosto y situados en medio de la plaza, donde se
encuentran las ascuas de una hoguera recientemente encendida, se forma una
cadena de muchachos asidos por sus correspondientes cinturones, en cuyo primer
lugar va un anciano portando una larga rama de boj. El "Cachupín",
como así se llama esto, tiene una letra que es cantada a coro por todos los
vecinos que se encuentran allí, al mismo tiempo que el grupo dibuja una
serpenteante figura intentando, esquivar, al mismo tiempo el golpe con la vara
y el introducirse en los rescoldos.
De la
participación con un cierto componente de riesgo para la salud a otra mucho más
llevadera y teatral. Son los simulacros de oficios, como los de los afiladores
(txorrotxak), castradores (kerestuak), caldereros (kauterak)
o kukulleroak de las Maskaradak de Zuberoa, la Bizar Dantza
y Zapatain Dantza de algunas localidades de Lapurdi, o las que llevan
títulos que las confieren tal particularidad, como en Billabuena (A) y pueblos
colindantes de La Rioja.
Por último, nos
encontramos con la "Danza-juego" más compleja de las practicadas hoy
en día, por ser la que mezcla algunas de las características de las
anteriormente citadas. Nos estamos refiriendo a la Azeri Dantza
(o Axeri Dantza) realizada en los pueblos guipuzcoanos de Andoain y
Aduna. Algunos de sus movimientos nos recuerdan las Bizarrak erretia
de Lekeitio (Bizkaia),
donde con teas encendidas y a hombros intentaban quemarse las barbas.
Sin duda alguna,
la combinación de sencillos pasos, la variedad de juegos en cada una de sus
diferentes partes, la participación en conjunto o individualmente, las
variaciones melódicas y la estructurada ejecución, hacen de la misma una de las
más completas en su tipología.
Y con animales
La tradición, al
parecer, marca y fundamenta el porque de ciertas costumbres arraigadas en el
sentir del pueblo.
La utilización de
animales, con o sin sacrificio forman parte, tanto desde el punto de vista
ritual como desde el lúdico.
El grueso de los
juegos en los que se utilizan aves se encuentran encuadrados en los
"Juegos no musicados", siendo algunos de éstos los que, con una
melodía, concreta o no, pertenecen al otro grupo, es decir al de "Juegos
musicados". En unos los participantes son niños y niñas, en otros jóvenes.
Tanto en uno como
en otro, encontramos dos tipos. Por un lado, Oilar Jokoa u Oilasko
Jokoa. Generalmente se entierra el ave en tierra, con la cabeza fuera y,
al ritmo que marca un tambor o una melodía apropiada, se procede al degüelle
con una espada o sable afilado o, simplemente, a tocarlo con una espada de
madera, previamente adornada.
Por otro, los
juegos con gansos u ocas, Antzarrek, ensebados por el cuello, bien en
tierra, bien en el agua, generalmente con un claro final: la decapitación, con
espada o con la mano y el peso del cuerpo.
No obstante, se ha
de tener en cuenta que todos estos actos han ido disminuyendo o desapareciendo:
bien por la pérdida de los hábitos sociales; bien por la obligación de leyes
establecidas contra el maltrato de animales.
Bibliografía
Emilio Xabier Dueñas
2008
2008
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