LAS
MANOS
«De la guerra puede surgir el recuerdo pero no el baile»
J.A.UrBeltz
Perdí la cuenta, lo que no es obstáculo para que se siga diciendo, no son danzas guerreras. Unos hechos históricos, el embelesamiento de unos de los primeros nacionalistas vascos, la corriente moral que atravesó Europa en la segunda mitad del siglo XIX y la comodidad del pensar en la imagen que yo quiero para mi propio espejo intelectual hacen que esta premisa, en nuestra tierra sea un ancla inamovible. Si en el pie de imagen Urbeltz es claro, en esta sentencia lo es mas:
"llevamos más de ochenta años de desconcierto folclórico y cultural. Tan grande que pensamos que la 'ezpata dantza' es un baile guerrero. Nos faltan intelectuales capaces de trascender la metáfora y nos sobra ese complejo de inferioridad que sentimos hacia nuestras danzas."
La implantación del metal, es posterior al uso del propio cuerpo y de la madera: "Las danzas no las crea todo el pueblo, el plano creativo es individual. Puede llegar un momento, por la razón que sea, en que hay un txistulari más inspirado y crea... Antiguamente también había maestros de danzas que se desplazaban de un sitio a otro enseñando bailes de palos, etc. para las fiestas tradicionales. Pero también hay un fondo viejísimo del folklore europeo que es una especie de aerobic que busca la formación física del joven para colocarlo bien formado en la sociedad de adultos. Hay en Gipuzkoa, en Zuberoa, en Bizkaia, en Nafarroa... en todo el país en general. No era la danza como se entiende hoy desde un patio de butacas. Aquellas danzas estaban unidas al juego de la pelota y a la esgrima con palo, un arma terrible en la cual los nuestros eran gente muy valiosa."(J.A.Urbeltz)
Solo así es entendible que por el filo de la espada, estas mismas san tomadas, el sentido común te lleva a tomar un cuchillo solamente por su parte no filosa. Este detalle, desenmascara toda la teoría guerrera acerca de las danzas de espadas.
Aitor Alava
13/4/17
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