lunes, 3 de febrero de 2020

AMANECER

EGUNSENTIA
El comienzo de la era neolítica y el arranque de la moda del sedentarismo, trajo diferenciaciones en hábitos y en una lengua que hasta entonces y debido a los innumerables cruces de tribus en sus itinerarios, permanecía suficientemente homogénea. No es de extrañar que los llamados “indoeuropeos”, que –no tenían por qué ser exclusivamente foráneos-, conservarían en sus lenguas partículas del sustrato anterior, partículas que a partir del sedentarismo, evolucionarían según caprichos de la gloto lingüística. Es muy probable que el idioma que se hablara entonces en las llanuras europeas, fuera más próximo al Euskera actual que a ninguna otra lengua y que la invariable resistencia de nuestro idioma a los cambios, permita –aún- usarlo como referente para acercarse a buscar explicaciones. Lo citado para el agua es un buen ejemplo. ¿Añadimos al “ur” y “ura” de nuestros diccionarios de Euskera las versiones iniciales “u”, “ü” e “i” que tan útiles son para la etimología?.
Javier Goitia Blanco 
EGUNSENTIA
UR
LUR
ELUR
SU
ZUR
EGUN
EGUR
Necesitamos agua para vivir
En la tierra que habitamos
Con nieve, vienen bienes
Calentados al fuego
La madera el gran tesoro,
Día tras día
con la dureza de la vida.

AITZOL ABALA

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