AURRERA
ta
ANDRA MARI
El pasado día de san
Tiburcio en la localidad de Leitza se dio un hecho al cual lo podemos
considerar histórico. Salvando las
distancias haremos un paralelismo con “el hijo pródigo”. Alguien volvió a casa.
La pregunta es quien volvió. El retorno
no fue del hijo que se fue de casa, no, fue del padre que nunca estuvo, un padre
que le hicieron huérfano.
La fotografía es
elocuente, no es habitual que el hijo se presente más discreto que el padre,
con menos aditamentos, simple. Estaríamos hablando de un hijo no-natural, hecho
por encargo, el cual tiene otro hermano en Argentina, con más características
particulares.
No podemos renegar
de nuestra historia, no, aunque si debemos ver estas instantáneas y observar
hacia donde queremos ir, es sencillo. El mundo nos quiere llevar a una simplificación
e individualismo, es tarea nuestra que ello no ocurra.
AITOR ALAVA
28/8/14
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