jueves, 14 de junio de 2018

EUSKAL ETXEA DEL COMAHUE-XXXIII


DANZAS por conocer
Hace tres años en la concentración más grande de dantzaris en la Argentina, la fiesta-vasca/Euskal Festa de Euskal Echea-Llavallol, se daba esta instantánea. Kerestuen Dantza. Esos castradores, el oficial y su aprendiz, los cuales antes de desempeñar su función, castrar a Zamaltzain, disfrutan de una divertida Fricassee. Pero ordenémonos. Para la mayoría, la Maskarada Zuberotarra, se resume a un quinteto,  con ropajes llamativos, que harán uno o dos bailes antes de bailar, para subirse a un vaso de vino. Esa mini-porción de la realidad nos coarta hacia un universo maravilloso:
Apreciamos, ese quinteto conocido, pero rodeado de una maraña de seres entraños aparentemente. La semana pasada, veiamos las Danzas Circulares. Estas en Zuberoa, tienen un protagonismo supremo. No son un relleno sin más:
Obviando los personajes del sector de la Maskarada Beltza-negra, los cuales tienen vestimenta similar al quinteto protagonista, los Manetxalak y los kukulleroak. La Maskarada Beltza, nos da cuatro momentos donde cualquier parámetro en lo formal, salta por los aires. Los Kerestuak o castradores. Como dijimos, se entretienen antes del "laburo", bailando:
El más histrionico de los personajes. los Buhameak. Ese Gitano, de la Europa del este, al cual según recientes investigaciones, le debemos prestar más atención y seguimiento. Tienen un magnetismo, por el cual la Maskarada pasa por sus gracias, anécdotas, andanzas, conquistas y ocurrencias. Su Makil-Ezpata Dantza, no tiene desperdicio:
En Donosti, se nos presentan con un Out-feat lujoso. Casi en la vanguardia de algún pos-modernismo. En zuberoa esos caldereros, Kauterak, nos traen una aparente suciedad. En esa suciedad, va envuelta, una parrafada-discurso, llamado Prediku, el cual desborda,  sinceridad, compromiso, pertenencia y sabiduría. Como en otros lugares del mundo los "parias", diciendo verdades a puños. Su danza "ursínica", invita no a verla, sino a estar en ella:
El momento mágico de la Maskarada. Cuando plazas completas, hacen un silencio eterno, después de esas historias cantadas.  Una Ezpata-espada afilada al son de melodías cantadas en cuarto de tono. Estan locos estos vascos!, y si fuese poco, se levanta el aprendiz y antes de dar al Jauna-señor, su trabajo terminado, bailo, con mis mejores Antrexatak!. Solo, los Xorrotxak, pueden jugar con la cuadratura del círculo:
Cuatro pequeños momentos, desapercibidos, ocultos, como si su Dni, no tuviese dígitos suficiente. Intantes, que pasan por tener sangre viva en las venas. Un chispazo de no-vergüenza. Como cierre los Buhameak-Sukaldariak del Gure Etxea de Tandil.


ARTICULO Nº 33
  1. DANZAS POR CONOCER
    14/6/18
    AITOR ALAVA

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