Desde Argentina, un país que en los últimos 140 años multiplicó por 20 su población, nos hace reflexionar en un punto, el que somos, de donde venimos y a dónde vamos. Nuestro vivir diario, es un espejo donde nuestro reflejo poco en nada se parece a nuestro hermano de al lado. Esa heterogeneidad, no la puedes, no-tener en cuenta. La cual es una escusa indirecta en teoría para que la desigualdad social sea eje y tensión social constante. Lo “llamado vasco”, blanco caucásico, se sitúa en el lado del bien, en el lado progresista y moderno de la sociedad. La historia, nos ha dejado ese caudal. Una presencia visible. Un saber popular, que vincula lo vasco a ciertos valores y principios. En ese punto la curiosidad nace y se alimenta. Será así...? Cuantos tópicos por derrumbar, cuantos tópicos sanos por construir..
Desde este año, 1er año de pandemia mundial, las barreras y puertas de nuestras casas se cerraron para abrirse al mundo de lo virtual. Es ahí donde los etnicismos más que diferenciarnos nos unen. Si tenemos acceso a internet, no ha habido nadie superior al otro, a pesar de los clichés políticos que así lo quieren mostrar. Es indiscutible, que el vocablo o expresión, “ser-lo-vasco”, esta en un rango de conocimiento más que generalizado. Un conflicto político, enraizado en años, donde la violencia solo parecía tener un solo dueño, ha sido el ciclorama perfecto para que el mundo y los llamados amantes de “ lo vasco”, vivan una película y obra paralela a la realidad.
El Bienestar medio Europeo, se antepone a toda posible autocrítica. Es mampara para el menosprecio de tu propio habitat, cuando hablamos de ciertas diásporas, en este caso, desde Sudamerica. Esta barrera social y mental, sólo ahonda en la tipificación y ensaltación del mito. Humanizar el sentimiento es lo contrario a las enervaciones sanguineas de lo vasco.
No somos diferentes a nadie, estamos en continuidad desde el ritual de pintar manos en una cueva con la intención de de comunicarnos, dejar un mensaje al otro. Las culturas coexisten, son universales, sé interrelacionan. Construir desde ese lugar, es tan sencillo como interiorizar que los puentes y fronteras culturales no son líneas en un mapa político sino franjas humanas y mentales tan amplias y extensas, como uno desde su estudio físico mental pueda implementar y expandir a su círculo más cercano, a su grupo, en su trabajo...
Lo vasco, encierra un sinfin de premisas, 7 en 1, es una de ellas. Esta, pequeña frase el ZAZPIAT BAT, debiera ser nuestro leiv moyiv, cotidiano. Cuando este solo es un slogan, repetido en cierto momentos una vez al año, o solo cuando la premura electoral de turno necesita incrementar los sufragios, ese sentimiento vasco, es igual que lo desnostado a diario en los lugares donde vivimos desde ella diaspora. En ese instante la doble moral y la hipocresía campan por doquier.
Escuche que el sentimiento vasco si implica ser una persona justa, uno quiere no ser sentido vasco, sino mejor ciudadano del mundo.
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*Txistu*a*z* aldizkari digitala, aldizkari bizia da. Behin zenbaki bat
saretua delarik, bere edukia blog honetan osatzen joango gara.
Duela aste batzuk *...
Desde Argentina, un país que en los últimos 140 años multiplicó por 20 su población, nos hace reflexionar en un punto, el que somos, de donde venimos y a dónde vamos. Nuestro vivir diario, es un espejo donde nuestro reflejo poco en nada se parece a nuestro hermano de al lado. Esa heterogeneidad, no la puedes, no-tener en cuenta. La cual es una escusa indirecta en teoría para que la desigualdad social sea eje y tensión social constante. Lo “llamado vasco”, blanco caucásico, se sitúa en el lado del bien, en el lado progresista y moderno de la sociedad. La historia, nos ha dejado ese caudal. Una presencia visible. Un saber popular, que vincula lo vasco a ciertos valores y principios. En ese punto la curiosidad nace y se alimenta. Será así...? Cuantos tópicos por derrumbar, cuantos tópicos sanos por construir..
ResponderEliminarDesde este año, 1er año de pandemia mundial, las barreras y puertas de nuestras casas se cerraron para abrirse al mundo de lo virtual. Es ahí donde los etnicismos más que diferenciarnos nos unen. Si tenemos acceso a internet, no ha habido nadie superior al otro, a pesar de los clichés políticos que así lo quieren mostrar. Es indiscutible, que el vocablo o expresión, “ser-lo-vasco”, esta en un rango de conocimiento más que generalizado. Un conflicto político, enraizado en años, donde la violencia solo parecía tener un solo dueño, ha sido el ciclorama perfecto para que el mundo y los llamados amantes de “ lo vasco”, vivan una película y obra paralela a la realidad.
El Bienestar medio Europeo, se antepone a toda posible autocrítica. Es mampara para el menosprecio de tu propio habitat, cuando hablamos de ciertas diásporas, en este caso, desde Sudamerica. Esta barrera social y mental, sólo ahonda en la tipificación y ensaltación del mito. Humanizar el sentimiento es lo contrario a las enervaciones sanguineas de lo vasco.
No somos diferentes a nadie, estamos en continuidad desde el ritual de pintar manos en una cueva con la intención de de comunicarnos, dejar un mensaje al otro. Las culturas coexisten, son universales, sé interrelacionan. Construir desde ese lugar, es tan sencillo como interiorizar que los puentes y fronteras culturales no son líneas en un mapa político sino franjas humanas y mentales tan amplias y extensas, como uno desde su estudio físico mental pueda implementar y expandir a su círculo más cercano, a su grupo, en su trabajo...
Lo vasco, encierra un sinfin de premisas, 7 en 1, es una de ellas. Esta, pequeña frase el ZAZPIAT BAT, debiera ser nuestro leiv moyiv, cotidiano. Cuando este solo es un slogan, repetido en cierto momentos una vez al año, o solo cuando la premura electoral de turno necesita incrementar los sufragios, ese sentimiento vasco, es igual que lo desnostado a diario en los lugares donde vivimos desde ella diaspora. En ese instante la doble moral y la hipocresía campan por doquier.
Escuche que el sentimiento vasco si implica ser una persona justa, uno quiere no ser sentido vasco, sino mejor ciudadano del mundo.