sábado, 17 de junio de 2023

BIOGRAFÍA LÚDICA

  

DE TODO HACEMOS JUGUETE”


Un pueblo con 120 habitantes y 40 baserriak/caserios, con una Iglesia como salón multiusos y cuyos únicos establecimientos comerciales eran/son tres panaderias tradicionales, hacen que nuestra infancia tuviese una infinita relación con nuestro entorno natural. Con esta idiosincrasia particular hicieron del pórtico religioso el lugar de encuentro de cualquier generación y el árbol en edad de merecer frutos, especialmente higueras y los super-codiciados cerezos, los lugares donde el juego, la aventura, la travesura, la primera mirada cómplice, el reto del vecino gruñón y los gritos de la cuidadoras de geranios que veían sus plantas truncas y rotas por nuestros a veces balonazos ocasionales, un lugar pueblo, donde desde los 4/5 años hasta loas 18-todes juntos-, convivimos nuestra infancia en permanente juego colectivo.

Década de los 80, no todos nuestros vecinos, disponían de aparato reproductor de tv, la siempre nombrada en nuestras casas, como “la caja boba”, por ello durante aquel verano y otoño, el juego eterno del sábado a la tarde era interrumpido para ver a 15/20 mozalbetes reunidos delante de la serie V, los lagartos que comían ratones. Pasado el momento de griterio grupal, veíamos ratas de medio metro en el rio, pero un ratoncito de gominola era un ser depravado, el juego volvía a donde estaba. Las tardes multitudinarias, eran llevadas, con varios al balón quemado, no podía faltar un esconderite, por todo el pueblo, y si digo todo el pueblo, imagínense,,,,desvelar algún hueco de arbusto u otro lugar inhóspito era información de agencia de inteligencia. Un a pillar clásico fue el preámbulo del posterior cortahilos, siempre salpicados por un tiro tiro a,,, y el más descansado que todos los anteriores un dos tres carabimbomban. Hasta ahora la pelota como único elemento lúdico, usábamos mas, cuerdas, gomas, y varillas de metal. Infinidad de melodías con sus correspondientes letras hacia que saltar a la cuerda fuese la banda sonora de nuestro barrio Lallana. Con la cuerda jugabamos todes, con la goma, exceptuando a las alturitas y el laberinto pasable, era exclusivamente femenino. Con las varillas de metal, como lápiz afilado, trascurría el inque, juego este para grupos más reducidos 6 personas el ideal. Paralelo a el, fueron apareciendo versiones infinitas del truqueme, juego dificultoso donde los hubiese por la irregularidad de los pavimentos, a excepción del pasillo de llegada a la Iglesia, el cual cuando se podía era pintarrajeado con las casillas de mentado juego. Hay un elemento que desplazaba al juego literalmente y geográficamente, la bicicleta. Considerando que vivíamos en una zona donde en todo el valle solo hay un kilómetro llano. Por considerar nosotres 5 hermanos, cuasi seguidos, pues teníamos vehículos de dos ruedas anteriores a la 1er guerra mundial y no es broma. Un pequeño detalle, no todas tenían frenos,,,,el anecdotario es muy amplio, como algunas visitas al hospital!. Estas excursiones en dos ruedas, llevaban a transitar por lugares donde a algunos vecines, no les parecía tan bien. Todo este enjambre de juegos tenían a uno que siempre nos nucleaba, el pañuelito, en su forma simple y en su forma doble. Este juego colectivo y grupal/barrial, se sustenta/ba en una concepción típica de la conciencia vasca, el auzolan/o trabajo de conjunto de todos los vecinos. Si lo trabajos y grandes esfuerzos de la comunidad siempre se han hecho de manera colectiva, el disfrute no podía ser menos y nuestro mayores sabían, que jugando con los demás amigos, casi siempre mayores que nosotros estábamos cuidados. Así era.

Este conjunto de juegos colectivos base, tenían sus puntos culminantes en los cumpleaños donde todes ibamos y en este lugar festivo donde sucederon juegos inolvidables. Esconderite en mi casa, mientras lo adultes, en la cocina briscaban-juego de cartas-un horda de púberes hacia de la nuestra casa un esconderite gigante y bullicioso. Otro hito en los cumpleaños fue otro esconderite esta vez dentro del maizal de Juanjo, obviamente esto solo sucedió una vez en la vida, pero no hay reunión en el pueblo donde no se siga recordando el destrozo causado, pero, lo bien que lo pasamos!.

Los juegos tenían su momento de intimidad, apostados en la cuneta de la casa un palo y pelota pequeña eran desde un circo móvil hasta el complejo festivo más grande. Los objetos pequeños hacian del juego intimo o personal un disfrute infinito, canicas, las tabas y la eterna peonza, no faltaban ni faltan hoy en día en ninguna de nuestras casas. A sabiendas de todos el entono en un constante desnivel cualquier pequeño juguete con ruedas era nuestro mejor formula 1. Miniaturas, coches de juguete/réplicas; y no tan miniaturas se deslizaron impulsados por nuestras manos o nosotres dentro, como la etapa donde construíamos las consabidas goitiberak, rudimentario vehículo cuyas ruedas eran rodamientos metálicos, esta tradición es un seudo deporte vasco, lo podemos considerar, donde la adrenalina el riesgo y la imprudencia se deslizan cuesta abajo no siempre hacia un buen final. El sanchesky, modelo antiguo del skate actual, fue usado a una modo no-convecional. No íbamos de pies, paraditos sobre el, sino sentados y a poder ser sorteando piedras carretera abajo, cual slalon en el asfalto.

Las fiestas patronales a Santa Marina el 18 de Julio, eran y son el lugar donde desde siempre hemos jugados a cosas como buscar monedas en una palangana de harinallenar botellas con agua en la boca después de corres metros y metros, y la estrella de estos juegos populares festivos, la carrera de sacos, hay más pero estos tres son los más recordados. Paralelamente, la cultura tradicional Vasca, tiene tanto deportes tradicionales Vascos hasta 17 modalidades y 14 danzas juego dentro del repertorio tradicional folklórico. Por mi formación y entorno he conocido y practicado la mayoría de esos deportes tradicionales, siendo competitivo y ganador en varias competencias de recogidas de mazorcas y obviamente como maestro de danza vasca, bailado practicado y enseñado las danzas juego, las cuales, se ejucatan/ban, en los descansos mientras se hacían labores de selección de granos alubias etc, dentro de los caserios. El juego en nuestra niñez siempre podía ser interrumpido ante la llamada del caserío, por que las vacas debían salir a pastar o ordeñarlas,, y más.

Pasaron años, hasta que comenzaron a parecer juegos de mesa y demás artilugios, siempre ella la imaginación o el recurso de lo que tengo a mano, ha sido el leiv-motiv en nuestro juego. Condicionados, casi todos de nosotros por las animales que teníamos en nuestros beserriak/casas, estos también han jugado con y para nosotros, hemos hecho perrerias con los perros, gaterias con los gatos, txantxadas con los cerdosy en mas de una ocasión convertimos a un pardillo novillo en todo un toro mecánico.

Mas en la segunda adolescencia como monitor de tiempo libre y después como director del mismo a la vez que compaginaba ya el ser profesor de danza, rondando los 18/19 años, el juego estaba desde el lado del que guiá o facilita, apareciendo una infinidad de ellos mismos y sus variables. En esta fase en los campamentos apareció una modalidad de juego, la cual a años vista no esta bien, el juego putada. Hay infinidad de ellos pero su limite con la agresion fisica mas o menos fuerte y su nula conciencia con el sentir del otro hacen de ello un bloque de juegos que no deben ser replicados. Por otro lado, un juego el cual no triunfo en mi pueblo pero si en estos ámbitos fue el tremendo txorro morro piko tallo ke!, una gozada jugalo y tambien ser publico de el. Hoy en el actualidad, nuestra generación y me incluyo estamos haciendo algo, que nuestros mayores no hicieron con nosotros, claramente porque no pudieron, jugar con ellos, con un parchís y un juego de seises, les brillan los ojos. Antes del cierre una salvedad, si hubo en nuestra casa un juego intergeneracional aglutinador, el dominó, El mismo juego que nuestro padre /aita nos enseño, fue el mismo que nos sirvió ya de mayores para acompañarlo y ayudarlo en sus dias de depresión.

El juego nos puso en otro lugar, hicimos cosas que eran algo más que jugar. Manejamos herramientas que no eran de nuestra edad, martillos y sierras a una muy temprana edad. Había un algo más en ese crecer jugando. En ese escondite secreto que recelabas tanto en decírselo a alguien como anhelabas poder compartirlo, estaba la sensación de libertad más grande que sentía el niño que eras. Dueño del mundo, ahi solo en tu recoveco del pueblo que tu solo sabias, eras dueño del mundo y de ese instante.


Teníamos las ganas de jugar, con lo que había o no había,

por lo tanto,

de todo hicimos juguete!




LINKS VIDEOS:

ZUHATZA

IGLESIA

EL PAÑUELLITO

EL PAÑUELITO DOBLE

LAS TABAS

GOITIBEHERAK

SANCHESKY

DEPORTES TRADICIONALES VASCOS/HERRI KIROLAK

DANZAS JUEGO/IRRI DANTZAK

LAS MAZORCAS

TXORRO MORRO PIKO TALLO KE.



AITOR ALAVA ZURIMENDI

en Buenos aires a 20/22 de Abril del 2023



PD- No he hablado de la piscina, solo había una en el pueblo. A la cual solo eramos invitados cada 28 de Junio, cumpleaños de Maria. Obvio es decir, que entramos más de una vez, más de dos,,,sin permiso claro.


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