Así habló Zaratustra
“¿Acaso no tenemos algo en común con los pimpollos de la rosa, que tiemblan por sentir sobre sus pétalos una gota de rocío?
Es verdad: Amamos la vida no porque estemos habituados a vivir, sino porque estamos habituados a amar.
En el amor hay siempre algo de locura, pero también hay siempre en la locura algo de razón.
Y también yo, que estoy bien avenido con la vida, estimo que quienes mas saben de felicidad son las mariposas y las burbujas de jabón, y todo cuanto a ellas se parece entre los hombres.
Ver como revolotean esas almitas ligeras, locas encantadoras, volubles; arrancan lágrimas y canciones.
Yo sólo creería en un Dios que supiera bailar.
Cuando vi a mi demonio, le hallé serio y grave, profundo y solemne. Era el espíritu de la pesadez: por él caen todas las cosas.
No se mata con la ira, sino con la risa: ¡Matemos pues al espíritu de la pesadez!
Aprendí a caminar, y desde entonces, corro. Aprendí a volar, y desde entonces no tolero que me empujen para pasar de un sitio a otro.
Ahora soy ligero, ahora vuelo, ahora me veo a mi mismo por debajo de mí, ahora un Dios baila en mí”
. Friedrich Nietzsche
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