GOLPE A GOLPE
Sabina entonó parecido, eran las 9 de la noche, cuando el "gato"maulló. Esa calle donde los felinos nocturnean a sus anchas, se re-llenó de sonoridades dispares. Las balconadas reacias a pisar el seco-asfalto, abandonaron quizás, sus votos esquivos, no hace más que una luna y media, para co-transitar la esperanza de la cordura. Nunca un fuego-no sanjuanino, aglutinó la energía de la marcha. Todos escuchamos al “gato maullar”, será que quedan pocos gatos que maúllen?; Mientras los pasos se de-serternizaban, en el horizonte conocido y nunca pautado. Los rescoldos de esa batalla, en responsabilidades compartidas, fueron pisados por las columnas escuchadoras del “gato”. Ahí frente a la valla que separa los buenos de los malos, se respiraba el aire de los libres. Mientras los gpeses y derivados juntaban a los escuchadores del “gato”, el tintinear de la vajilla-multi-funcional compuso una sinfonía-popular. Saludos inesperados y sonrisas ayudadas, desgranaban las manecillas del reloj, hasta que uno intuyó, como uno, el pescado estaba vendido. El 132, aliviano los 4,7 que debía, mientras un run-run mental me adormecía. “Ser honesto en lo que pienso, si visto pañuelos a un lado del atlántico, debo hacer lo mismo a este lado”. Ayer golpe a golpe, fueron 4,7, intuyo que no serán los últimos.
AITOR ALAVA
19/9/17
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