sábado, 5 de septiembre de 2020

EZPATA DANTZA-LEITZA 2020

AURRERA DANTZA TALDEA
La Ezpata Dantza de Leitza ya ha tenido espacio dedicado en este blog. hace seis años, contabamos estas palabras: "El pasado día de san Tiburcio en la localidad de Leitza se dio un hecho al cual lo podemos considerar histórico. Salvando las distancias haremos un paralelismo con “el hijo pródigo”. Alguien volvió a casa. La pregunta es quien volvió. El retorno no fue del hijo que se fue de casa, no, fue del padre que nunca estuvo, un padre que le hicieron huérfano." Ese dia de san Tiburcio, la dantzari dantza y la ezpata dantza de leitza compartieron espacio. Fue casi un aconteciemiento antropológico. Seis años despues leitza nos ofrece otra imagen fuera de lo comun, su Ezpata Dantza en pandemia:

LEITZEKO EZPATADANTZA 2020


AURRERA DANTZA TALDEA
Creo, que no sobra repasar la histroria y origenes de esta representacion folklorica. KARLOS SANCHEZ EKIZA nos cuenta: "Es curiosa la historia de esta danza. Vino de fuera en la década de 1920, pero con el paso del tiempo perdió su primer significado, se adaptó y echó importantes raíces en la localidad."

"Ciertamente, el PNV y el propio Sabino Arana mostraron un gran interés en la Dantzari-dantza del Duranguesado, y ese partido hizo un esfuerzo enorme para expandirla por toda Vasconia con el nombre de ezpata-dantza. En 1933, por ejemplo, existía Nafarroako Ezpatadantzari Batzak, "Unión de ezpatadantzaris de Navarra", que tenía quinientos miembros (Tápiz 2001:105). En 1924 el padre Ramón Olazarán llegó a Leiza (Perurena Loiarte 1993). Él empezó, por ejemplo, a dar clases de txistu con ayuda del solfeo., y con él llegó también la visión nacionalista sobre música y danza tradicionales (Sánchez Ekiza 2012)."
"Dentro de ese ambiente se entiende cómo llegó en 1933 desde Pamplona Patxi Ripa para enseñar esta ezpata-dantza. En Leiza era entonces muy importante el carlismo y muy importante la familia Baleztena, por lo que su llegada no fue unánimemente bien vista. El txistulari Angel Alduntzin, por ejemplo, empezó estudiando con Ramón Olazarán, pero era carlista y por eso no tocó la ezpata-dantza en aquella época (Perurena Loyarte 1993)."

ANDRA MARI+AURRERA-2014
"Como es de esperar, hay diferencias con el modelo del Duranguesado: al igual que ocurre en muchos otros lugares, por ejemplo, la bandera que se utiliza -la que ondea al principio sobre las cabezas de los dantzaris, a día de hoy bajo aplausos atronadores- es la ikurriña, la bandera vasca, y no la de la localidad, como ocurre en sus lugares de origen. Está clara la importancia patriótica de este detalle, y así se entiende cómo los dantzaris de Leiza, a diferencia de los del Duranguesado, saluden uno a uno a la bandera antes de empezar el baile."
"La vestimenta de Leiza es también la usual en aquella época, roja y blanca, sin los chalecos negros ni los cascabeles que se utilizan en el modelo original. También es diferente la posición de los brazos cuando los dantzaris están quietos, ya que en lugar de estar sueltos en Leiza se apoyan en la cadera. Tampoco algunas de las músicas coinciden con las que se hacen en el Duranguesado, y es muy llamativo, por ejemplo, que es el ritmo estándar de zortziko el que se utiliza en los juegos de palos y espadas. (Sánchez Ekiza en prensa). Aunque las coreografías son en general iguales, un observador entendido encuentra fácilmente abundantes diferencias entre las dos danzas, algunas bastante evidentes, por ejemplo las patadas hacia atrás que se hacen en Leiza. Tampoco el orden de las partes es el mismo en las dos danzas. Algunas de estas diferencias se originaron en el proceso de expansión de las décadas de 1920 y 1930, y como tales son comunes a muchas interpretaciones. Otras, sin embargo, han surgido en el propio Leiza."

                                                         Ezpata dantza 2019 Leitza

"Esta curiosa historia de la ezpata-dantza de Leiza demuestra con claridad que el valor que se otorga a un producto no reside en su origen, sino en su adecuación a una situación social. Y esa adecuación lleva implícita obligatoriamente unos cambios. La relación que por ejemplo tuvo la ezpata-dantza con el PNV está completamente olvidad en Leiza, y no tienen nada que ver con las encendidas ovaciones que reciben los dantzaris el día de San Tiburcio en una plaza llena a rebosar. Si el momento en que la ikurriña ondea sobre los dantzaris puede ser conmovedor para una abertzale, lo que ocurre en el momento de la Txakarrankua, en el que los dantzaris elevan sobre sus cabezas a un compañero, sin tener esas connotaciones, es tan exitoso o más que aquel otro. Para los leitzarras su ezpata-dantza es una seña de identidad, patrimonio vivo. Ellos han adaptado la danza a su manera, y por ello no se puede negar que a día de hoy sea su baile, a pesar de que su origen foráneo en esta ocasión sea incluso conocido."
Un viaje por nuestras danzas, el cual justo podemos decir que cumle un siglo. paraciera mucho, pareciera poco. Cuantas verdades escondidas, cuantas verdades por saber y disfrutar!
aitor alava




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