sábado, 6 de septiembre de 2014

TEORIA-I



LOS VASCOS Y LOS ARMENIOS. 

RAICES COMUNES


 Vahán Sarkissian nacido en 1957 en Armenia, vive en Ereván, donde es profesor de la Universidad Estatal, presidente de la “Academia de Lingüística Internacional”, además es miembro de la “Asociación Internacional de los Hispanistas”. Profesor de lingüística y de fonética comparada en la Universidad Estatal de Ereván. Director de la revista internacional vascoarmenia “Araxes”. Autor de un “Diccionario Vasco-Armenio” de veinte mil palabras. Autor de una “Gramática de la Lengua Vasca” y varios artículos y libros en español. Habla además del armenio y el ruso, el castellano, el francés y un poco de inglés e italiano.




Según las investigaciones efectuadas a principios del siglo XX por el joven estudiante vasco Bernardo Estornes Lasa en España, la aldea Izaba pudo haber sido fundada por los primeros habitantes de la península ibérica; los armenios, a cuya rama occidental pertenecerían los Vascos. Los campesinos de Izaba guardaban el recuerdo de su patria: Armenia y el nombre del patriarca legendario de los vascos Aitor, emigrado de Armenia con sus siete hijos. Hecho que parece confirmarse por cuanto uno de los ríos cercanos a la aldea Erminia, se denomina Araxes y la serranía circundante Aralar.



El problema de parentesco etnolingüístico entre los vascos y los armenios fue planteado por primera vez en el siglo XVI por los tres fundadores de la historiografía nacional de los vascos: Andrés de Poza, Esteban Garibay y Baltazar de Echave sobre la única base de algunas coincidencias toponímicas Ararat-Aralar; Arax-Araxes.



Al principio del siglo XVII el historiador español Gaspar Escolano ignorando la existencia de los estudios anteriores había escrito que los primeros habitantes de la península ibérica eran los armenios; una raza de gigantes, una rama de la cual sería el pueblo vasco.

En 1607 el historiador vasco Baltasar de Echave escribe sus célebres “discursos” publicados en México en idioma español, donde presenta la historia de su país desde la emigración de los vascos de Armenia hasta el descubrimiento de las Américas. Este hecho es muy interesante, porque a principios del siglo XVII los aborígenes de las Américas estaban al tanto de este parentesco mientras que en Armenia no sabían nada acerca de ello.



Los lingüistas empiezan a hablar

Hasta el final del siglo XIX esta teoría no utiliza los datos de otras ciencias: lingüística, antropología, etnografía, etc. Los estudios eran más bien episódicos. Las exigencias científicas de la época eran muy severas y no se fiaban de los paralelismos toponímicos. En resumen, gracias a los trabajos del lingüista alemán Hübschmann, el idioma armenio fue clasificado como una lengua indoeuropea y esta opinión prevaleció en los estudios posteriores. En el mismo tiempo, los vascólogos concluyeron que el vasco era una lengua independiente y no formaba parte de ninguna familia lingüística.




Un vascólogo famoso; el inglés Edward Spencer Dodgson; primer lingüista conocedor tanto de la lengua vasca así como de la armenia desempeñó un rol muy importante. Halló la coincidencia de más de cincuenta palabras entre las dos lenguas, las que publicó en el diario “Euskara” (el vascuence) en 1895. El valor científico de este trabajo es muy grande, porque el filólogo halló términos que pertenecían al vocabulario básico de ambas lenguas, por ejemplo en vasco tchar (malo), en armenio tchar (malo).



El triunfo completo ha llegado con el famoso lingüista alemán Joseph Karst muy conocido por sus ideas audaces, quien en 1928, después de treinta años de estudios lingüísticos publica un importante trabajo bajo el titulo “Alarodanos y protovascos” donde hace la síntesis de todos los aspectos del vascuence: antropología, etnografía, toponimia, etnonimia, etc. “Escuara y prearmenio deben haber sido dos aspectos ligeramente modificados de un mismo arquetipo lingüístico”.



El famoso lingüista ruso Nicolas Marr había publicado en 1928, en francés “El origen jafético de la lengua vasca” en el cual existen gran numero de comparaciones entre el vasco y el armenio. En la “Gramática completa de la lengua armenia” de Hratchia Adjarian se observan un gran número de comparaciones, algunas coincidencias gramaticales, pero también rasgos comunes en las tendencias del desarrollo histórico del vasco y del armenio que están subrayadas.

Con la caída de la URSS, la democracia ha penetrado en las ciencias y las teorías lingüísticas de J. Karst, negadas anteriormente y casi prohibidas que ahora han podido circular fácilmente. Sin embargo en 1993, cuando fundamos el “Centro de Estudios Vasco-Armenios” en la Universidad Estatal de Ereván, recibimos una herencia bastante confusa. Para apreciar la importancia científica de la teoría, había que clasificar primero sus componentes.



Los elementos mitológicos, antropológicos y toponímicos
El legendario patriarca de los vascos se llamaba Aitor. Esta palabra en armenio significa sobrino de Ai es decir “Sobrino de armenio” (de hai “armenio” y tor “sobrino”. Se sabe que el ancestro de los armenios se llamaba Haik, que ha dado su nombre al pueblo armenio.




Uno de los sobrinos de Haik era Paskam, un nombre que puede ser puesto al lado del nombre étnico Bascon. De Paskam, sobrino de Haik, hacia otro personaje mitológico, Tork Anguegh, que se caracterizaba por su gran fuerza física. En los vascos tenemos el mismo personaje, llamado Torto Ancho. Además, en la mitología, vasca existe otro gigante, Turku, que arrojaba enormes rocas de una montaña a otra como Dork el armenio. De este punto de vista los vascos son armenoides. Se trata sobre todo de los vascos franceses de los Gascones.

Las investigaciones arqueológicas demuestran que esta categoría antropológica aparece en la península ibérica alrededor del tercer milenio antes de Cristo. Con las tribus armenoides vienen la arquitectura megalítica y la elaboración de los metales, que no existían en la península ibérica antes de esta época. Según las creencias populares de los vascos, la construcción de los dólmenes y demás monumentos megalíticos se atribuye a los gigantes prehistóricos Turku o Triku los hermanos de Tork el armenio. La novela del escritor francés Pierre Gamarra “El tesoro de Trikuarri” en vasco “la piedra de Triku o Turku”, debajo de la cual, según la tradición vasca, se encuentran tesoros. En el año 2000, el académico vasco José Maria Satrustegui había publicado una nota en la revista armenio-vasca “Araxes”acerca de una caverna de gentes verdes conocida en Navarra, donde habrían encontrado vestigios arqueológicos, una pequeña mina de cobre, esqueletos del tipo armenoide de la época prehistórica, verdes a causa del cobre.

La cantidad de las coincidencias toponímicas es muy grande. En el país vasco tenemos un río que se llama Urumea, del lado armenio tenemos en lago Urmia entre otros, para elevar la precisión de las comparaciones toponímicas vasco-armenias, hay que encontrar ejemplos cuyos sentidos sean idénticos en las dos lenguas.

Las pruebas lingüísticas
Tenemos que subrayar primeramente los paralelismos en la lexicografía. En la actualidad existe una lista de mil palabras que están conservadas en las dos lenguas representando todos los campos semánticos. Existen también paralelismos en el campo gramatical en el vascuence y el armenio: no existe el género gramatical (masculino, femenino y neutro). En el vascuence y el armenio oriental se utiliza el mismo sufijo K para formar el plural de los sustantivos comunes. Mientras que para formar el grado comparativo de los adjetivos tienen un sufijo común Kuin.

Nos hacen muchas preguntas. ¿Cuando?, ¿Cómo? ¿Por qué? Etc. y se exige una precisión que nunca habían exigido antes de los representantes de la filología tradicional. Podemos solo hablar por el lenguaje de los hechos científicos y los que desean saber más deben hacer una sola cosa; que es aprender el armenio y el vascuence. A nuestro aviso la teoría del parentesco vasco-armenio es un factor decisivo para estudiar la civilización prehistórica en Europa Occidental lo que significa que la existencia del elemento etno-cultural armenio en Europa está comprobada gracias a nuestros hermanos vascos.



 Traducción del francés: Madeleine S. Arissian

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