-Origenes-
-La Contradanza:
El baile de la contradanza criolla empieza a reflejar esta influencia africana. El éxito del nuevo ritmo hace que llegue a la Habana, donde provoca escándalo en la sociedad local. El periódico "Aviso de la Habana" apunta con preocupación que han aparecido en la capital "invenciones indecentes de la diabólica Francia: el vals y la contradanza.
La primera contradanza criolla fue "San Pascual Bailón" y data de 1803. Era, como todas las de su género durante cuarenta años, solamente una pieza para bailar.
Manuel Saumell, músico habanero nacido en 1817, fue el más prolífico compositor de contradanzas. Se le considera precursor del nacionalismo musical cubano, ya que en sus composiciones se encuentran definidos ritmos como el danzón, la guajira, la habanera y la contradanza criolla.
Con el tiempo la contradanza pasó a denominarse danza cubana. En 1842 surgieron las primeras contradanzas cantadas, que luego se convirtieron en las famosas habaneras. (Extraído de "Hª y grandes éxitos de El Bolero"
La contradanza es un ritmo rápido de danza, en compás binario, compuesto por varias secciones de 8 compases que se repiten. Debería tener su origen en las country dances de Gran Bretaña. Después se extendió al resto de Europa. Alcanzó su máxima popularidad a finales del siglo XVIII, durante la época la que se utilizó en otros géneros escénicos, como la ópera y el ballet.
Entre los compositores de música culta que escribieron obras inspiradas en este ritmo están Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven, con su colección de doce danzas publicadas en 1803, en especial la № 7 y la № 11, que utiliza al final del ballet Las criaturas de Prometeo (1801).
De especial importancia fueron las contradanzas en Hispanoamérica a lo largo del siglo XIX. Dado su origen aristocrático, la contradanza es diversión de gente culta pero en Cuba desciende gradualmente hasta el pueblo que le da un carácter típico con autores como Manuel Saumell y el continuador de su obra, Ignacio Cervantes, según dicen los músicólogos Salas y Pauletto. La Habana fue uno de los centros de difusión de este género más importantes, en parte debido a la expansión por el Caribe, de bailes afroamericanos asimilables como la calenda.
La cuadrilla
(del francés quadrille) es un tipo de danza de salón,
heredera de la antigua contradanza francesa del siglo XVIII, que
estuvo de moda desde principios del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Se realizaba
por cuatro bailarines en parejas en una formación en forma de cuadrado. Es un
precursor de la Square dance tradicional. También es un
estilo de música.
-En el Rio de la Plata, Cielito y Media Caña
El
Cielito fue la danza
patriótica por excelencia, llevada desde Buenos Aires,
en 1810,
como marcha de los soldados al Uruguay, allí se registra su primera versión, luego va a Bolivia,
según los estudios de Vega,
no puede haber ido en las primeras excursiones, sino con las del ejército de
Belgrano. Luego va a Mendoza y a Chile con el General San Martín.
Luego va al Paraguay
y no hay datos precisos de su llegada al Perú.
Existen varios documentos que prueban la existencia del Cielito en el siglo XIX,
algún testigo en 1844
dice "hace vibrar involuntariamente los nervios de la contemplativa y
retirada anciana", de la doncella, del magistrado, del militar. Hacia 1868 un testigo dice que
los bailes se inician "con el cielo en homenaje al país y a los
sentimientos nacionales de la dueña de casa". En 1880 un escritor lo ve
"en las casas de más rancias costumbres" como "rezago de épocas
de antaño". El primer texto del Cielito se publicó en 1813, la primera versión
musical fue escrita en 1816 y la primera descripción coreográfica en 1818. Tuvo cambios
demasiado bruscos al pasar de la campaña a los salones de alcurnia, recorrió
increíbles distancias, lo que llevó a modificar su coreografía y textos en las
distintas regiones. Al decir de Carlos Vega: su grandeza padeció décadas y
leguas.
El
cielito proviene de alguna danza culta (la "country dance" o contradanza
británica, madre de las contradanzas) que se bailaba en los salones porteños
principios-mediados del siglo XVIII, pero se lo modifica con elementos
vivaces, propios de danzas populares picarescas. De este modo, era una danza
que combinaba el estilo majestuoso, culto y grave de la contradanza, y el
estilo vivaz, popular y picaresco de el cuando(danza).
Domingo F. Sarmiento se refiere al cielito en el "Facundo" (1843), diciendo que era
una danza del gusto del "gaucho", que le recordaba al jaleo español y
que los dedos de las parejas eran usados como castañuelas.
La media caña, Proveniente de la familia de las
llamadas contradanzas criollas, esta danza, cuyo nombre deriva, según los
estudios más confiables, de una de las figuras que realizan los bailarines,
tuvo su auge en plena época rosista. Los mazorqueros la cantaban con letras
agresivas hacia los unitarios, mientras que los exiliados de esta tendencia,
con letras más tradicionales, las bailaban y cantaban para no olvidar a su
tierra.
La media caña, hermana del pericón e hija, como éste, del cielito. Al
igual que éstos, se trata de una danza de conjunto, de parejas sueltas y
conexas, que deben coordinar sus evoluciones para realizar determinadas
figuras. Las versiones musicales que han llegado hasta nuestros días, constan
generalmente de tres tiempos: aires de pericón, zamba y gato; los dos primeros
son pausados en tanto que el último muestra mayor agilidad.
Para considerar cual
fue la evolución que se estima más factible desde el cielito a la media caña,
debemos recordar que aquella primera danza tenía un bastonero al que se llamaba
pericón y del cual derivó el cielito “apericonado”, el que más tarde dio
origen, como ya vimos, al pericón. Pero cuando esta última danza se bailaba de
una determinada manera, se lo comenzó a llamar “pericón de media caña” y, más
tarde, sólo como media caña.Alcanzó su mayor auge entre 1830 y 1850, especialmente en la ciudad de Buenos Aires, pero también en las regiones bonaerense, litoral y central, tanto en los salones como en los ambientes rurales y populares. Fue precisamente en la campaña donde perduró por algunas décadas más.
En la ciudad de Buenos Aires fue la danza predilecta de los mazorqueros y de los partidarios de Juan Manuel de Rosas, ante quien lo cantaban con letras alusivas contrarias a los “salvajes unitarios”.
Por esos mismos tiempos, los argentinos emigrados en Chile que se reunían para recordar a su patria, solían escuchar, cantar y bailar las danzas propias de su suelo natal. Al respecto, Domingo Faustino Sarmiento escribe en el artículo “La Zamacueca en el Teatro”, publicado en El Mercurio de Valparaíso, el 19 de febrero de 1842: “La corriente de placer que estos aires nacionales levantan, los arrastra irresistiblemente (a los exiliados) a pedir la chistosa media caña, el intrincado y general cielito”.
También se bailó la media caña en Uruguay, Paraguay y el sur de Brasil.
Acerca del nombre de esta danza se han formulado diversas teorías. Una de las más aceptadas es la que sostiene que proviene de una figura de semicircunferencia que se hacía en ella y a la que se mencionaba, precisamente, como “media caña”; al respecto, agrega Andrés Beltrame que a la figura en forma de circunferencia se la llamaba “caña entera”. Esta última es la que en la coreografía que ha llegado hasta nuestros días se realiza al final.
La primera versión musical data de 1916 y fue realizada por don Andrés Chazarreta , lleva aires de pericón, zamba y gato. La segunda, pertenece a Manuel Gómez Carrillo, fue realizada en 1923 y mantiene los mismos aires. En cambio, la versión de Beltrame, de 1932, sólo tiene los tiempos de pericón y gato.
Pericón Uruguayo:
"El pericón, la danza nacional por
excelencia de Uruguay, nace a fines del siglo XVIII en el ambiente campesino,
sube al escenario teatral alrededor de 1820 y diez años más tarde se baila en
los salones en tertulias íntimas, hasta 1850, aproximadamente. Sin embargo,
no pierde su vigencia folclórica y sigue en los ambientes rurales hasta ya
bien entrado el siglo XX".
En las más antiguas referencias escritas
sobre las danzas del país, el pericón deja sus inconfundibles huellas.
Huellas de su nombre, nada más, desdichadamente, porque recién en 1876, a
través de un curioso folleto en verso titulado “Preludios de dos guitarras”
surge claramente una descripción bastante completa de la coreografía de esta
danza.
En cuanto a su música, todavía sigue
siendo la breve pautación del folleto de Ventura R. Lynch en 1883 el más
antiguo recuerdo de ella.
Su nombre parece provenir del título que
antaño se daba a quien dirigía el baile, esto es, el de “Pericón” o “Perico”,
y a quien posteriormente se llamó “bastonero” o maestro de ceremonias de la
acción coreográfica.
En la primera noticia sobre canciones y
danzas uruguayas que conservamos del siglo XVIII, aparece el nombre de
Perico.
Resulta peligroso, desde luego, deducir a
partir de la similitud de nombres una relación entre “Perico” y “pericón”,
pero de todas maneras el dato es muy sugestivo. En el ya citado fragmento de
José Espinosa -quien en junio de 1794 tomó contacto con nuestro “guazo” u
hombre de campo- se habla de que “cantan unas raras seguidillas desentonadas
que llaman de Cadena, o el Perico, o Mal-Ambo, acompañándolas con una
desacordada guitarrilla que siempre es un tiple”. Espinosa se refiere a unas
seguidillas “cantadas”, lo cual concuerda con las más antiguas referencias que
aseveran –todavía los viejos paisanos de nuestro campo pueden confirmarlo-
que el pericón se cantaba siempre.
A partir de esa fecha, la palabra
“pericón” aparece en numerosos documentos como sinónimo de baile animado o
trifulca... En un número del periódico montevideano “El Pampero” del 22 de
enero de 1823 se habla del pericón como expresión genérica de baile:
“Óiganle a mi villa vieja [San José],
en grande con el Barón [Lecor],
al cabo sacó sus prendas
tan largo en el Pericón”.
Bartolomé Hidalgo, en uno de sus diálogos
de 1821, emplea esta palabra dándole el mismo sentido e Hilario Ascasubi, en
su sabrosa y gráfica descripción de las fiestas julias de 1833, insiste en lo
mismo:
“y el que por fortuna escapa
de cair en el ‘pericón’...”
La presencia del pericón dentro de los
salones en reuniones íntimas y, sobre todo, en poblaciones del interior del
país, está registrada en documentos a partir de 1833. En esta última fecha,
Bernardo P. Berro escribe unas décimas sobre la sociedad de Minas en las que
se extiende sobre las personas y las costumbres de esta villa en aquel ya
remoto año. Del manuscrito original,
fechado en Casupá el 28 de diciembre de 1833 y que nos ha facilitado el
historiador Juan E. Pivel Devoto, extraemos los versos pertinentes, que dicen
así:
“Con un donaire sin par
mueve la ligera planta.
Si baila minuet, encanta;
si contradanza, embelesa;
si pericón, interesa
si balsa, admira y espanta”.
Desde el punto de vista coreográfico, es
danza de pareja suelta de conjunto, heredera directa de la antigua
contradanza. Parece ser que en su primera época tenía un número limitado de
figuras y más hacia fines del siglo XIX alcanzó a poseer un número elevadísimo,
cerca de cincuenta.
(Ayestarán, 1953: 488)
AYESTARÁN, Lauro, La música en el Uruguay
(Premio "Pablo Blanco Acevedo"),Vol.I,
Montevideo, Sodre, 1953
Pericon Argentino
En el patio de la estancia. Juan-Carlos-Boveri
El
"Pericón", descendiente directo de nuestro "Cielito", posee
la gracia original de éste. Es una evocación de caballerosidad criolla y
conserva como un símbolo el aire -atávico de nuestros paisanos.En 1817 un
acontecimiento feliz lo lleva a Chile: la libertad de nuestros hermanos
americanos. José Zapiola, el famoso memorialista, lo recuerda como introducido
por el General San Martín, apareciendo en la misma circunstancia en que se
escuchó por primera vez en Chile, nuestra Canción Nacional.
A partir de
entonces arraiga en los salones chilenos, y en 1825 el Almirante francés L. J.
Duperry, jefe de la expedición científica de Concepción, lo incluye entre el
repertorio "coreográfico de la época: "Las damas, no desdeñaron
ejecutar ante nosotros las danzas nacionales conocidas con el nombre de
«Cuando», las «Oletas», «Pericón» y «Zapatero»". José de Espinosa,
integrante de la expedición Malaspina 1789 a 1794 dice, refiriéndose al hombre de
campo: "Cantan unas raras seguidillas que llaman de Cadena o de Perico";
Rosas ofició de bastonero en el "Pericón" bailado en la estancia
"Los Cerrillos" en honor de Estanislao López; el propio Sarmiento al
ternó en "Pericones" y "Contradanzas" en San Francisco del
Monte (San Luis).
Mantegazza lo
recuerda como el baile más común en Entre Ríos, y Ventura R. Lynch (1883) dice:
"El «Pericón» es otro dé los lindos bailes del gaucho". "Se toca
tanto en esta Provincia (Bs. As.) como en el interior y la Banda Oriental".
El "Pericón", danza argentina, siguió el derrotero de los demás
bailes; relegado se refugia en el circo; Podestá lo exhumó en las
representaciones de Juan Moreira, volviendo a retomar el carácter de verdadera
danza nacional, no obstante saberse que su música mas popular, fue recogida en
la campaña uruguaya (1887) por Gerardo Grasso, quien lo publicó como: "El
Nacional" (Pericón) (Nacional Uruguayo) que se conoce entre nosotros como
"Pericón Nacional" de Grasso, coincidencia feliz que ratifica la
historia común de ambas márgenes del Plata. Su nombre, parece provenir del
título de "perico" o "pericón" con que se designaba
antiguamente al que dirigía" el baile, o sea al actual
"bastonero".
También existió
un abanico grande, llamado pericón.
Comparativa
Uruguay/Argentina
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Estractos del trabajo "El Pericón Nacional" de Aitor Alava
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