-Desde
Euskal Herria a Latinoamerica-
-La
espada religiosa-
FUNDAMENTACIÓN
En
el año 1999 desde el departamento de cultura del gobierno vasco se propone la
realización de un libro que reuniera todas las fiestas tradicionales del pueblo
vasco. El proyecto originario que consistía en ser un mero almanaque, gracias a
la acción e intervención del director del proyecto, Kepa Fernandez de Larrinoa,
se convirtió en una obra con más de 300 danzas tradicionales en vigor de Euskal
Herria (país vasco).
Las
perdidas y sucesivas trasformaciones de cada fiesta no son abordadas desde una
perspectiva que dan los modelos clásicos de investigación folclórica , sino que
Larrinoa se ayudara de las directrices de la antropología sociocultural, para
poder comprender y responder como una u otra danza se perdió, o se recuperó.
El
calendario festivo vasco, es complejo, comprendiendo festividades fijas en el
calendario, como cicles variables, relativos a los solsticios como a los
equinoccios.
La
danza se define como arte del tiempo y del espacio. La danza tradicional
encuentra su máximo valor inmaterial en sus coordenadas rituales, que son el
tiempo y el espacio festivo.
Este
calendario festivo constata la progresiva trasformación, acomodación y
reformulación de las tradiciones populares, tanto en el espacio como en el
tiempo. Estos cambios inducidos en un principio por las autoridades
eclesiásticas, posteriormente acrecentado por el desvanecimiento del
campesinado europeo y por ultimo por el ensanchamiento ocupante de lo urbano.
-El trabajo “El santoral y la danza”, es el resultado de la
experiencia del que suscribe, durante 30 años aprendiendo, practicando,
enseñado y estudiando el Folklore vasco. Teniendo como herramienta principal el
significado oculto y primigenio de cada uno y en conjunto de los elementos que
constituyen una danza un ciclo de ellas o toda una representación.
-Estos 30 años de singladura me han permitido a poder asistir a
talleres, charlas, exposiciones y espectáculos de la mayoría de los estudiosos
de la danza vasca y de otras partes del mundo. Desde el año 2004 resido en Argentina, tiempo en el
que continué profundizando en mi folclore a la vez que coordine diferentes
talleres relativos a Las danzas circulares del mundo junto con la Maestra Julia
Martin. En los últimos 3 años, de una manera formal realizo estudios en los profesorados de folclore y tango.
-Elementos y acciones que originaron y perpetuaron el folclore actual
vasco, con este trabajo, trataremos de posibilitar y concluir si existen
similitudes orgánicas con los acontecimientos y gestación de folclore en esta
parte del mundo a partir del siglo XVI.
SINCRETISMO E HISTORIA
Es el resultado de la mezcla de dos religiones o mitologías a consecuencia de un proceso de aculturación. Dicho resultado no es en absoluto simple ni unidireccional. Al contrario, puede comprender elementos contradictorios entre sí, ya que la mezcla puede producirse de modos diversos. La interacción entre dos religiones o mitologías puede producirse según cualquiera de las cuatro modalidades siguientes:
-Supervivencia independiente e ignorancia mutua
-Los seres y ritos de la antigua cultura se visten con ropas de la nueva
-La nueva cultura viste de oprobio a los seres y ritos de la antigua
-Cualquier combinación de las tres anteriores
Existen dos caminos para que elementos de la cultura antigua logren sobrevivir bajo la pujanza del influjo de la nueva. Uno es que se trate de elementos marginales, visto desde la óptica de la cultura dominante, es decir, que queden fuera de sus ámbitos de interés. Cuando esto no es posible, el otro camino es rebajar el estatus de dichos elementos, llevarlos a un segundo nivel, hacerlos más humildes. Un ejemplo del primer camino, en el caso del sincretismo entre paganismo vasco y cristianismo, lo constituiría la creencia de que arrojar una piedra al túmulo de un dolmen (en el sentido de contribuir a mantener dicho túmulo) posee el valor de una oración. Un ejemplo del segundo camino sería la continuidad del culto doméstico consistente en ofrecer diariamente alimentos y agua a los difuntos de la casa.
DOLMEN de Aizkolegi en Egilaz (Araba)
El cristianismo vasco, en la medida en que es continuador de dicha tradición indoeuropea, acogerá con semejante espíritu abierto y mirando hacia otro lado, ciertas manifestaciones del antiguo paganismo. Ayuda también el hecho de que muchas de sus manifestaciones más importantes se desarrollen en el ámbito doméstico, es decir, fuera de la esfera pública. No merece la pena el esfuerzo de combatir manifestaciones religiosas de escasa incidencia en la religión pública. Aunque el rezo de eguzki amandrea badoa bere amagana (la abuela sol acude donde su madre) que se dice en el ocaso en muchas casas pueda resultar tan herético como las teorías de Copérnico o Galileo, carece de dimensión pública, pertenece al ámbito doméstico, y no merece, felizmente, la atención del poder religioso. La humildad es la clave para sobrevivir. Por esa misma clave resulta posible repetir que los gentiles eran mejores cristianos que los propios cristianos. No se dice que fueran mejores, sino mejores cristianos, es decir, que se otorga que lo mejor es ser cristiano. Y además se compara a los gentiles con los humanos actuales, no se les compara con Jesucristo o con los santos. No se dice que los gentiles fueran más honrados que Jesucristo o más bondadosos que los santos. Tal cosa sería imposible de admitir. Se dice exactamente que eran mejores cristianos que los cristianos (kristauak baino kristau hobeak), y gracias a esa formulación más humilde ha logrado sobrevivir y llegar hasta nosotros la noticia de la honradez y bondad sin par de estos seres.
Otro modo de hacerse más humilde es el de rebajar el estatus del soporte del mensaje. Por ejemplo, un libro de Doctrina es una herramienta ideológica de muy alto estatus, sólo al alcance de la cultura dominante. Un cuento o una leyenda es un soporte más modesto que el anterior. Y una simple frase es aún más humilde que una leyenda. Así ha permanecido por ejemplo el recuerdo de la ejemplar honradez de los gentiles en las Islas Färoe danesas, enquistada en la frase "honrado como un gigante", sobreviviendo a dos aculturaciones sucesivas, una germánica y otra cristiana.
Otra modalidad bien conocida de sincretismo es la demonización por parte de la cultura dominante de los seres y ritos de la sometida. Esto puede realizarse de modo absoluto, o bien dividiendo en dos al personaje y creando una parte buena y otra parte mala. De este modo la Dama de Anboto se convierte en la Bruja de Anboto, Sugaar (consorte de Mari) se convierte en Herensuge (dragón que aterroriza un territorio), y todas las criaturas paganas se transforman en criaturas nocturnas incapaces de resistir los rayos del sol o el canto del gallo (incluso los modélicos gentiles de Agerre). Algunos gentiles vascos empezarán a lanzar piedras contra los cristianos en lugar de lanzárselas entre ellos jugando, y fuera de nuestro país correrán aún peor suerte. Como mínimo los pintarán de sucios, desaliñados y estúpidos, e incluso a veces como crueles caníbales, como Gargantúa o Polifemo. Además casi siempre la muerte es lo que sigue a semejante descripción, sobre todo en las culturas indoeuropeas. Que se lo pregunten si no a las serpientes y a los dragones que matan personajes como Apolo, Thor o San Jorge, o más cerca San Miguel/Teodosio de Goñi o el caballero Belzunce. También recibirán su castigo mortal los crueles Polifemo y Tartalo, así como incontables gigantes británicos y escandinavos.
Amboto (Bizkaia), lugar de morada de Mari
La demonización de la antigua cultura tiene consecuencias semánticas importantes y acarrea pérdidas de patrimonio cultural. Las ofrendas relatadas en las antiguas leyendas se convierten en robos en las nuevas, ya que los seres bondadosos que protagonizaban aquéllas han sido demonizados en éstas. Los relatos quedan completamente desfigurados. El Basajaun que recibía las ofrendas de los pastores agradecidos por sus servicios se convierte en un vulgar ladrón que les roba la leche. Las tímidas lamiñas que de noche consumían las ofrendas de los aldeanos en pago a su asistencia, son ahora ladronas insolentes que reciben su merecido. Sin embargo, bastantes versiones de tales relatos se hallan aún a media digestión de las transformaciones sufridas y su estado original resulta reconocible y reconstruible. Peor es el caso en el que la nueva denominación es de tipo muy general y nos impide ver con nitidez a quién ha reemplazado. Por ejemplo los nombres de lamia y bruja han sido usados en toda Europa desde la Edad Media para designar a cualquier tipo e ser pagano. Esto a veces es irrelevante, porque las características funcionales del personaje o la existencia de versiones mejor conservadas nos permiten conocer con precisión quién se esconde bajo esa denominación general. Cuando se nombra a la Bruja de Anboto ya sabemos de quién se está hablando. O cuando vemos que las lamiñas transportan sobre su cabeza enormes losas de piedra para construir un dolmen, tampoco nos caben dudas de que un gentil o mairu se esconde bajo dicho apelativo. Desgraciadamente no siempre es el caso, y a veces resulta imposible despejar por completo la bruma. Por ejemplo, puede sospecharse que tras algunas lamiñas de las que entran de noche en las casas a consumir las ofrendas se hallen los propios difuntos de la casa y no las lamiñas asociadas a fuentes y pozos, pero no encontramos una denominación propia para tales difuntos y no resulta posible confirmar la presunción más allá de toda duda.
Para entender a San Olaf o a San Martin Txiki es necesario tener en cuenta en mínimo de tres culturas: la dolménica que crea a los gentiles/gigantes, la germánica que los convierte en enemigos de sus dioses y la cristiana que transforma en santos a dichos dioses. A medida que se incrementa el número de combinaciones resulta más difícil reconstruir los orígenes y los trayectos. San Martin Txiki roba sus secretos a unos basajaunes con aspecto de gentiles en una de las versiones del mito, y al diablo en otra. Lo mismo sucede con Patxi el Herrero, cuya víctima es a veces un gentil y otras el diablo. Parece probable que el gentil fuera la primera víctima de sus astutas trampas, y quizás porque al narrador le caían bien los gentiles el diablo acabó asumiendo tan ingrato papel. Cuando los trayectos de transformación son múltiples y el número de versiones escaso, a menudo falta materia prima para consolidar una demostración.
El conocimiento de las modalidades y tendencias del sincretismo es una herramienta fundamental para el análisis del corpus mitológico y para intentar establecer cierto orden clasificatorio en el interior del mismo y sus relaciones con él y su folklore derivado.
LO QUE QUEDO
El calendario festivo vasco es el resultado de variaos miles de años de interacciones y traspasos socioculturales, invasiones, asedios y sucesos socio políticos más las pestes y penurias de cada época. Estos sucesos y confluencias han forjado una identidad vasca. Esta Identidad como propone Kaliman, partiría y se gestaría, en la dinámica de las subjetividades humanas en aquellos aspectos relevantes en relación con los procesos de reproducción y transformación social.
En los libros
Los miembros del grupo según KALIMAN actúan sistemática y regularmente en función de los intereses y las perspectivas de mismo grupo. Desde la implantación de la Real Inquisición Española, los embates contra la cultura popular de los pueblos vascones-y posteriormente también en Latinoamérica-, fue una acción prioritaria durante siglos persiguiendo tanto la identidad individual, pero con el fin de debilitar la identidad colectiva del pueblo.
Autores como el Padre Larramendi, en el siglo XVIII daban cuenta de la antigüedad y ancestralidad de las constumbres del pueblo vasco. Las características citadas por el- además de escritor , bailarin- están englobadas dentro de patrimonio cultural intangible del pueblo vasco, y Larramendi se anteponía a las nuevas modas y costumbres provenientes de Europa, declarando que deformaban en demasía el patrimonio tangible de nuestros antepasados.
Los primeros tratados de danza que empiezan aparecer en Europa, Siglos XV y XVI, se realizan desde las cortes y palacios reales. La base social del folclore es tomada en su parcialidad y no en su totalidad eligiendo y seleccionando el patrimonio preferido para los maestros de danza de la época.
Las actas municipales de la totalidad del territorio vasco dejan un sinfín de prohibiciones y normas (conductas), acerca de innumerables danzas y representaciones folclóricas. En la mayoría de los casos estas prohibiciones por acción y coacción de la inquisición española. Es por esto citado que ya la Ezpata Dantza (danza de espadas), al ser prohibida su realización en 1442, en Gasteiz (Vitoria), nos da una referencia social y la envergadura y amplitud del folklore vasco .
Esta manera indirecta de dejar constancia del folclore y su base social, no es ajena en argentina.
El gaucho y las pulperías, han sido perseguidos y normalizados durante año, quedando constancia en multitud de bandos municipales.
En el calendario festivo
Nuestro calendario actual, y su subdivisión en 12 meses, tiene una vigencia relativamente cercana, en el año 1582 el Papa Gregorio XIII encargo a Luis Lilio y al jesuita alemán Christopher Clavius la reforma que dio vida al conocido como Calendario Gregoriano.
La maneras para contar los ciclos de vida han sido variadas, una de ellas y arraigada en el pueblo vasco, es la regla de Cuarenta, en euskera KUARRENTAKO ERREGELA. Tal es su importancia que la danza que servía para pasar a la sociedad de adultos tiene este nombre Kuarrentako Erregela. Danza con 18 frases musicales, todas con diferentes cantidades de compases, y subdivisiones internas diferentes.
Esta norma del cuarenta, está ligada al denominado folklore del oso/hartza, no solo en la cultura vasca sino presente en gran parte de Europa. La importancia de los ciclos de vida del oso, coincide en la actualidad con importantes fiestas religiosas del calendario cristiano actual. El 11 de septiembre es el primer día en el que el oso comienza su hibernación y el 2 de Febrero el primer día posible para que el oso salga de su letargo.
Hartza/oso, en el carnaval de Ituren
Juan Antonio Urbeltz, tomando estas premisas da cuenta como calendario religioso actual, regla del cuarenta y ciclo de vida del oso, presentan una similitud casi perfecta:
- 2 de Febrero: candelaria, primera fecha posible para el martes de carnaval
- 21 de marzo: pascua y equinoccio de primavera (19 de marzo: San Jose)
- 1 de Mayo: Ascensión.
- 12 de mayo: Ajuste del tiempo(15 de mayo san isidro)
- 21 de junio: solsticio de verano( 24 de junio: San juan)
- 1 de agosto: San pedro de los lazos( 25 de julio Santiago Y Santa ana de ordizia)
- 11 de septiembre: Santa maria de la cabeza( Santa ursina mujer de San isidro)
- 21 de Octubre: martirio de Santa Úrsula y las once mil vírgenes.
- 1 de Noviembre Dia de los difuntos
- 11 de noviembre: San Martin y Santo torivio ( el oso y el buey)
- 21 de Diciembre: Solticio de Invierno 8 24 de diciembre: Nochebuena)
- 2 de Febrero: candelaria
Es el resultado de la mezcla de dos religiones o mitologías a consecuencia de un proceso de aculturación. Dicho resultado no es en absoluto simple ni unidireccional. Al contrario, puede comprender elementos contradictorios entre sí, ya que la mezcla puede producirse de modos diversos. La interacción entre dos religiones o mitologías puede producirse según cualquiera de las cuatro modalidades siguientes:
-Supervivencia independiente e ignorancia mutua
-Los seres y ritos de la antigua cultura se visten con ropas de la nueva
-La nueva cultura viste de oprobio a los seres y ritos de la antigua
-Cualquier combinación de las tres anteriores
Existen dos caminos para que elementos de la cultura antigua logren sobrevivir bajo la pujanza del influjo de la nueva. Uno es que se trate de elementos marginales, visto desde la óptica de la cultura dominante, es decir, que queden fuera de sus ámbitos de interés. Cuando esto no es posible, el otro camino es rebajar el estatus de dichos elementos, llevarlos a un segundo nivel, hacerlos más humildes. Un ejemplo del primer camino, en el caso del sincretismo entre paganismo vasco y cristianismo, lo constituiría la creencia de que arrojar una piedra al túmulo de un dolmen (en el sentido de contribuir a mantener dicho túmulo) posee el valor de una oración. Un ejemplo del segundo camino sería la continuidad del culto doméstico consistente en ofrecer diariamente alimentos y agua a los difuntos de la casa.
DOLMEN de Aizkolegi en Egilaz (Araba)
El cristianismo vasco, en la medida en que es continuador de dicha tradición indoeuropea, acogerá con semejante espíritu abierto y mirando hacia otro lado, ciertas manifestaciones del antiguo paganismo. Ayuda también el hecho de que muchas de sus manifestaciones más importantes se desarrollen en el ámbito doméstico, es decir, fuera de la esfera pública. No merece la pena el esfuerzo de combatir manifestaciones religiosas de escasa incidencia en la religión pública. Aunque el rezo de eguzki amandrea badoa bere amagana (la abuela sol acude donde su madre) que se dice en el ocaso en muchas casas pueda resultar tan herético como las teorías de Copérnico o Galileo, carece de dimensión pública, pertenece al ámbito doméstico, y no merece, felizmente, la atención del poder religioso. La humildad es la clave para sobrevivir. Por esa misma clave resulta posible repetir que los gentiles eran mejores cristianos que los propios cristianos. No se dice que fueran mejores, sino mejores cristianos, es decir, que se otorga que lo mejor es ser cristiano. Y además se compara a los gentiles con los humanos actuales, no se les compara con Jesucristo o con los santos. No se dice que los gentiles fueran más honrados que Jesucristo o más bondadosos que los santos. Tal cosa sería imposible de admitir. Se dice exactamente que eran mejores cristianos que los cristianos (kristauak baino kristau hobeak), y gracias a esa formulación más humilde ha logrado sobrevivir y llegar hasta nosotros la noticia de la honradez y bondad sin par de estos seres.
Otro modo de hacerse más humilde es el de rebajar el estatus del soporte del mensaje. Por ejemplo, un libro de Doctrina es una herramienta ideológica de muy alto estatus, sólo al alcance de la cultura dominante. Un cuento o una leyenda es un soporte más modesto que el anterior. Y una simple frase es aún más humilde que una leyenda. Así ha permanecido por ejemplo el recuerdo de la ejemplar honradez de los gentiles en las Islas Färoe danesas, enquistada en la frase "honrado como un gigante", sobreviviendo a dos aculturaciones sucesivas, una germánica y otra cristiana.
Otra modalidad bien conocida de sincretismo es la demonización por parte de la cultura dominante de los seres y ritos de la sometida. Esto puede realizarse de modo absoluto, o bien dividiendo en dos al personaje y creando una parte buena y otra parte mala. De este modo la Dama de Anboto se convierte en la Bruja de Anboto, Sugaar (consorte de Mari) se convierte en Herensuge (dragón que aterroriza un territorio), y todas las criaturas paganas se transforman en criaturas nocturnas incapaces de resistir los rayos del sol o el canto del gallo (incluso los modélicos gentiles de Agerre). Algunos gentiles vascos empezarán a lanzar piedras contra los cristianos en lugar de lanzárselas entre ellos jugando, y fuera de nuestro país correrán aún peor suerte. Como mínimo los pintarán de sucios, desaliñados y estúpidos, e incluso a veces como crueles caníbales, como Gargantúa o Polifemo. Además casi siempre la muerte es lo que sigue a semejante descripción, sobre todo en las culturas indoeuropeas. Que se lo pregunten si no a las serpientes y a los dragones que matan personajes como Apolo, Thor o San Jorge, o más cerca San Miguel/Teodosio de Goñi o el caballero Belzunce. También recibirán su castigo mortal los crueles Polifemo y Tartalo, así como incontables gigantes británicos y escandinavos.
Amboto (Bizkaia), lugar de morada de Mari
La demonización de la antigua cultura tiene consecuencias semánticas importantes y acarrea pérdidas de patrimonio cultural. Las ofrendas relatadas en las antiguas leyendas se convierten en robos en las nuevas, ya que los seres bondadosos que protagonizaban aquéllas han sido demonizados en éstas. Los relatos quedan completamente desfigurados. El Basajaun que recibía las ofrendas de los pastores agradecidos por sus servicios se convierte en un vulgar ladrón que les roba la leche. Las tímidas lamiñas que de noche consumían las ofrendas de los aldeanos en pago a su asistencia, son ahora ladronas insolentes que reciben su merecido. Sin embargo, bastantes versiones de tales relatos se hallan aún a media digestión de las transformaciones sufridas y su estado original resulta reconocible y reconstruible. Peor es el caso en el que la nueva denominación es de tipo muy general y nos impide ver con nitidez a quién ha reemplazado. Por ejemplo los nombres de lamia y bruja han sido usados en toda Europa desde la Edad Media para designar a cualquier tipo e ser pagano. Esto a veces es irrelevante, porque las características funcionales del personaje o la existencia de versiones mejor conservadas nos permiten conocer con precisión quién se esconde bajo esa denominación general. Cuando se nombra a la Bruja de Anboto ya sabemos de quién se está hablando. O cuando vemos que las lamiñas transportan sobre su cabeza enormes losas de piedra para construir un dolmen, tampoco nos caben dudas de que un gentil o mairu se esconde bajo dicho apelativo. Desgraciadamente no siempre es el caso, y a veces resulta imposible despejar por completo la bruma. Por ejemplo, puede sospecharse que tras algunas lamiñas de las que entran de noche en las casas a consumir las ofrendas se hallen los propios difuntos de la casa y no las lamiñas asociadas a fuentes y pozos, pero no encontramos una denominación propia para tales difuntos y no resulta posible confirmar la presunción más allá de toda duda.
Para entender a San Olaf o a San Martin Txiki es necesario tener en cuenta en mínimo de tres culturas: la dolménica que crea a los gentiles/gigantes, la germánica que los convierte en enemigos de sus dioses y la cristiana que transforma en santos a dichos dioses. A medida que se incrementa el número de combinaciones resulta más difícil reconstruir los orígenes y los trayectos. San Martin Txiki roba sus secretos a unos basajaunes con aspecto de gentiles en una de las versiones del mito, y al diablo en otra. Lo mismo sucede con Patxi el Herrero, cuya víctima es a veces un gentil y otras el diablo. Parece probable que el gentil fuera la primera víctima de sus astutas trampas, y quizás porque al narrador le caían bien los gentiles el diablo acabó asumiendo tan ingrato papel. Cuando los trayectos de transformación son múltiples y el número de versiones escaso, a menudo falta materia prima para consolidar una demostración.
El conocimiento de las modalidades y tendencias del sincretismo es una herramienta fundamental para el análisis del corpus mitológico y para intentar establecer cierto orden clasificatorio en el interior del mismo y sus relaciones con él y su folklore derivado.
LO QUE QUEDO
El calendario festivo vasco es el resultado de variaos miles de años de interacciones y traspasos socioculturales, invasiones, asedios y sucesos socio políticos más las pestes y penurias de cada época. Estos sucesos y confluencias han forjado una identidad vasca. Esta Identidad como propone Kaliman, partiría y se gestaría, en la dinámica de las subjetividades humanas en aquellos aspectos relevantes en relación con los procesos de reproducción y transformación social.
En los libros
Los miembros del grupo según KALIMAN actúan sistemática y regularmente en función de los intereses y las perspectivas de mismo grupo. Desde la implantación de la Real Inquisición Española, los embates contra la cultura popular de los pueblos vascones-y posteriormente también en Latinoamérica-, fue una acción prioritaria durante siglos persiguiendo tanto la identidad individual, pero con el fin de debilitar la identidad colectiva del pueblo.
Autores como el Padre Larramendi, en el siglo XVIII daban cuenta de la antigüedad y ancestralidad de las constumbres del pueblo vasco. Las características citadas por el- además de escritor , bailarin- están englobadas dentro de patrimonio cultural intangible del pueblo vasco, y Larramendi se anteponía a las nuevas modas y costumbres provenientes de Europa, declarando que deformaban en demasía el patrimonio tangible de nuestros antepasados.
Los primeros tratados de danza que empiezan aparecer en Europa, Siglos XV y XVI, se realizan desde las cortes y palacios reales. La base social del folclore es tomada en su parcialidad y no en su totalidad eligiendo y seleccionando el patrimonio preferido para los maestros de danza de la época.
Las actas municipales de la totalidad del territorio vasco dejan un sinfín de prohibiciones y normas (conductas), acerca de innumerables danzas y representaciones folclóricas. En la mayoría de los casos estas prohibiciones por acción y coacción de la inquisición española. Es por esto citado que ya la Ezpata Dantza (danza de espadas), al ser prohibida su realización en 1442, en Gasteiz (Vitoria), nos da una referencia social y la envergadura y amplitud del folklore vasco .
Esta manera indirecta de dejar constancia del folclore y su base social, no es ajena en argentina.
El gaucho y las pulperías, han sido perseguidos y normalizados durante año, quedando constancia en multitud de bandos municipales.
En el calendario festivo
Nuestro calendario actual, y su subdivisión en 12 meses, tiene una vigencia relativamente cercana, en el año 1582 el Papa Gregorio XIII encargo a Luis Lilio y al jesuita alemán Christopher Clavius la reforma que dio vida al conocido como Calendario Gregoriano.
La maneras para contar los ciclos de vida han sido variadas, una de ellas y arraigada en el pueblo vasco, es la regla de Cuarenta, en euskera KUARRENTAKO ERREGELA. Tal es su importancia que la danza que servía para pasar a la sociedad de adultos tiene este nombre Kuarrentako Erregela. Danza con 18 frases musicales, todas con diferentes cantidades de compases, y subdivisiones internas diferentes.
Esta norma del cuarenta, está ligada al denominado folklore del oso/hartza, no solo en la cultura vasca sino presente en gran parte de Europa. La importancia de los ciclos de vida del oso, coincide en la actualidad con importantes fiestas religiosas del calendario cristiano actual. El 11 de septiembre es el primer día en el que el oso comienza su hibernación y el 2 de Febrero el primer día posible para que el oso salga de su letargo.
Hartza/oso, en el carnaval de Ituren
Juan Antonio Urbeltz, tomando estas premisas da cuenta como calendario religioso actual, regla del cuarenta y ciclo de vida del oso, presentan una similitud casi perfecta:
- 2 de Febrero: candelaria, primera fecha posible para el martes de carnaval
- 21 de marzo: pascua y equinoccio de primavera (19 de marzo: San Jose)
- 1 de Mayo: Ascensión.
- 12 de mayo: Ajuste del tiempo(15 de mayo san isidro)
- 21 de junio: solsticio de verano( 24 de junio: San juan)
- 1 de agosto: San pedro de los lazos( 25 de julio Santiago Y Santa ana de ordizia)
- 11 de septiembre: Santa maria de la cabeza( Santa ursina mujer de San isidro)
- 21 de Octubre: martirio de Santa Úrsula y las once mil vírgenes.
- 1 de Noviembre Dia de los difuntos
- 11 de noviembre: San Martin y Santo torivio ( el oso y el buey)
- 21 de Diciembre: Solticio de Invierno 8 24 de diciembre: Nochebuena)
- 2 de Febrero: candelaria
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