Las danzas rituales-tradicionales en Gipuzkoa
El calendario festivo de Gipuzkoa presenta un gran número de danzas rituales-tradicionales. Las danzas de espadas -ezpata dantzak- son quizás las más antiguas que se conservan. Son danzas de carácter grave, asociadas generalmente a estejos cívico- religiosos y que cuentan con un número importante de bailarines -dantzariak- (de 10 a 24). En los siglos XVII y XVIII llegó incluso a los cien en algunas citas. Fueron festejo obligado en la mayoría de los pueblos con motivo de recibimientos a ilustres o exaltación de patronos.
Igartzako kapitainek Igartzako ezpata-dantza.
En Legazpia el 3 de mayo se baila el Octavario u Okravario Dantza, de la que hay que destacar la formación de la rosa o degollada y que los del lugar denominan parrilla. Sobre ésta, que se realiza entrecruzando las espadas largas alrededor del cuello del capitán, sube éste para evolucionar al mismo compás que los tres bailarines de espadas cortas imponen. De dicha danza se tienen noticias desde comienzos del siglo XVII. Terminada, bailan un Aurresku o Gizon-Dantza.
La Ezpata-Dantza, que se baila en Deba con motivo de las fiestas de San Roque, presenta también particularidades reseñables. Aquí la danza hace ya algún tiempo que perdió el uso de las espadas, siendo sustituida por unos varapalos. A media mañana, y después del encierro, los dantzaris se reúnen frente a la iglesia, a la espera de la salida de la estatua de San Roque. Allí le bailan al santo por primera vez, y a continuación, emprenden la larga caminata que separa la iglesia de la ermita del Santo, ubicada en el alto de Aldatz-Goi.
Se celebra una misa en la ermita y, a continuación, se repite la danza. De regreso al pueblo, los dantzaris bailan en distintos lugares de la villa y, finalmente, se dirigiren a la plaza para bailar la Gizon-Dantza.
En Tolosa, por San Juan, nos encontramos con otra variante: la Bordon-Dantza. Cuenta la leyenda que tiene su origen en las luchas fronterizas del medievo, cuando en la batalla de Beotibar las tropas guipuzcoanas consiguieron una importante victoria sobre las navarras. La peculiaridad de esta danza es que se realiza con bordones y alabardas, que le confieren una espectacularidad y solemnidad aún mayor. El número de danzantes oscila alrededor de los venticuatro. La danza se engloba dentro de un ambiente festivo, bullicioso y colorísta: danzas, alarde de armas, músicos, procesiones, toros, etc.
En Beasain, el lunes siguiente al jueves de La Ascensión puede contemplarse en San Martín de Loinaz una sencilla Ezpata-Dantza y un delicado ondeo de bandera.
Las danzas hasta ahora descritas concluían con otra llamada Gizon-Dantza o Aurresku. Esta es la danza social por excelencia del folklore guipuzcoano, en la que hombres y mujeres se unen de las manos con pañuelos para bailar. El primero, aurreskulari (primera mano) y el último, atzeskulari (última mano) salen juntos a la plaza asidos de las manos. Realizan una serie de evoluciones de cierta dificultad para luego, introduciendo a las mujeres en la cuerda, bailar fandangos, jotas, etc. También denominada Soka Dantza (danza de cuerda) fue muy común en las plazas de nuestros pueblos y en las romerías populares.
En Aretxabaleta y Mondragón los mozos que entran en quintas cumplen celosamente con la tradición, que se complementa con cuestaciones por caseríos y con la colocación del árbol de San Juan. La danza se repite todos los domingos a partir de las siete de la tarde desde el día de Santa Agueda hasta el domingo de carnaval.
En Ordizia el día de Santa Ana (27 de julio) las parejas que ese año han contraido matrimonio, "sacan" esta danza. Se juntan en los salones del ayuntamiento de donde parten precedidos del alcalde. Ellas lucen unos hermosos mantones de Manila. Este rito se conoce popularmante como Esku Dantza de Santaneros.
Además de la Gizon-Dantza existen los Ingurutxos, danzas en círculo que se bailan por parejas que se bailan en Amezketa y Tolosa.
Antzuola celebra sus fiestas la tercera semana de julio. En su programa cabe destacar una curiosa celebración que, bajo el nombre de Alarde del Moro, representa una farsa que revive una victoria de una compañía de soldados de la villa sobre las huestes moriscas, arrebatándoles una bandera, de la cual conservan una copia. Un vecino vestido a la usanza del moro interpreta la derrota y acatamiento al general local. Tras el alarde se bailan cuatro danzas (arcos, cintas, palos grandes y pequeños) que reciben el nombre de Troqueo-Dantza.
Trokeo dantzak mutilek dantzatzen
En Oñati el día del Corpus Christi es una jornada llena de vistosidad y belleza. Procesión y danzas que asombran a cuantos las ven por primera vez. Ocho o doce dantzaris dirigidos por un capitán evolucionan sin cesar, adelantándose y retrasándose en el recorrido procesional. Una faldilla roja y unas castañuelas complementan el habitual traje blanco. Estas danzas tienen más de 400 años de antigüedad.
El carnaval guipuzcoano salvo en Tolosa, estaba prácticamente perdido, pero en la actualidad se está recuperando. Frente a este carnaval urbano moderno, están esos restos del carnaval rural y mítico, como el que se celebran en Amezketa y Abaltzisketa donde bailan txantxok o Txantxo-Dantza danza de los txantxos (disfrazados, enmascarados). En ambos pueblos los jóvenes se reunen muy de mañana y comienzan un largo recorrido por todos los caseríos de la zona, que en el caso de Amezketa les ocupa dos días. En cada caserío bailan una sencilla danza de palos, Makil-Dantza. La cuadrilla se compone de un acordeonista, ocho o doce txantxos, un zesterue (el que recoge los aguinaldos) y un jefe o mozorro, que completa el grupo.
También se dan celebraciones de este tipo en Aretxabaleta con la txino-dantza; la Sorgin-dantza de Oria en Lasate, la Aseri-Dantza o danza del zorro en Aduna y la Jorrai-Dantza en Deba o Mutriku.
Fuente: http://w390w.gipuzkoa.net/WAS/CORP/DJGPortalWEB/territorio_historico_de_gipuzkoa.jsp?id=1101
0 comentarios:
Publicar un comentario