Aitor Alava: "Tengo medio millar de alumnos de baile vasco en Llavallol y unos 75 en Buenos Aires"
El dantzari Aitor Alava, residente desde hace 10 años en Buenos Aires, se dedica profesionalmente a impartir cursos de baile vasco en diversos colegios, instituciones y euskal etxeas de Argentina y Uruguay (foto EuskalKultura.com)
Aitor Alava nació hace 41 años en Zuhatza, Alava, y hace diez que reside en Buenos Aires. Pareja de una porteña profesora de euskera y padre de Maialen, Aitor vive de enseñar baile vasco , en la capital del tango. Le gusta Argentina y valora su dinamismo.
Joseba Etxarri/EuskalKultura.com. Aitor es un emigrante contemporáneo. Salió de Zuhatza, pueblo alavés con 40 caseríos y 120 habitantes, para incorporarse a la gran urbe porteña, a la que se ha adaptado "bastante bien". Y lo ha hecho con txapela, puesto que seguramente nadie más en el mundo pueda presumir de vivir a diez mil kilómetros de casa haciendo lo que le gusta, que no es otra cosa más que impartir clases de baile vasco, a las que ha sumado en los últimos años clases de tango y folclore argentino.
-¿Qué tal país es Argentina para vivir?
-Es un país inmensamente grande y variado y eso te permite a veces
perderte en su inmensidad. También es un país cercano y hay cosas en las que no
se diferencia demasiado de Euskal Herria. Como a todo, hay que pillarle su
medida y vivir a la velocidad a la que viven sus habitantes, rápido, lento o a
trompicones, según toque.
-¿Con qué idea llegaste en julio de 2004? No con la de quedarte...
-Creo que había una parte de mí que sabía que podía ser un viaje
solo de ida. Pero hoy día no es como la emigración de antaño, puesto que yo he
vuelto cada año. Viajé con la idea de estar siete meses, hasta Navidades, pero
ocurrió una historia de amor muy bonita que cristalizó felizmente y que me
mantiene en Buenos Aires. Llevo ya diez años, haciendo cosas que ni pensaba,
con la fortuna de trabajar y estudiar lo que me gusta y de tener la familia que
tengo.
-Te sientes a gusto en el país.
-Euskal Herria y la familia siempre tiran, aunque también tengo
eso en Buenos Aires. Todos los lugares tienen sin duda sus pros y sus contras
pero el secreto está en aprovechar con talante positivo las cosas buenas y
procurar no comparar, en la medida en que esto es posible, porque si no, no se
puede vivir en ningún lugar del mundo. Argentina es, sin duda, un gran país,
con una cultura impresionante, con una dinámica, una oferta y unas
posibilidades impresionantes. Este es un país en el que si echas una
semilla a la tierra te salen dos plantas, tiene una capacidad tremenda de
generar riqueza.
-Diarios de todo el mundo comentan su situación política y
económica, la inflación...
-Hay problemas que están ahí, pero el argentino ha aprendido a
convivir con situaciones difíciles y superarlas. Quizás no esté tan mal como
algunos piensan o dicen. Lo cierto es que creo que tiene una capacidad para estirar
y alargar la cuerda que posiblemente no tenga ningún otro país en el mundo.
-Qué hay de Argentina y de los millones de argentinos de
origen vasco.
-Yo no me perdería en lo cuantitativo. Prefiero lo cuantitativo. Y
ahí ocurren cosas que resultan realmente muy sorprendentes, muy potentes.
Existen grupos de baile, se organizan charlas, cursos, talleres, clases de
euskera, exposiciones, todos ellos en clave vasca. Yo soy dantzari y te puedo
hablar del esfuerzo en ese campo, pero por ejemplo las clases y los grupos de
euskera son como para quitarse el sombrero. Mi propia mujer es porteña y
profesora de euskera y veo desde casa la gran labor que realizan. Hay
argentinos, descendientes de vascos y no, que se incorporan de hecho a nuestra
cultura y suman a ella, aun sin haber estado nunca en Euskal Herria. Eso
impacta.
-Impartes clases de dantza en un colegio a alumnos
argentinos.
-Doy clases en el colegio Euskal Echea, en sus sedes de Llavallol
y capital federal. En el primero a niños y niñas de cuarto y quinto grado,
danzas vascas y tango. También tango, porque desde hace tres años sigo en
Buenos Aires estudios de profesorado en danzas folclóricas argentinas. En
cuarto y quinto grado forman parte de la currícula escolar. También imparto un
taller extracurricular a los de secundario que así lo desean; y en capital
federal enseño en séptimo grado y en segundo de secundaria. Tengo, grosso modo,
medio millar de alumnos en Llavallol y en Buenos Aires unos setenta y cinco.
-Alumnos argentinos a secas, que acuden a este colegio de
fundación vasca.
-Sí, entre ellos habrá el porcentaje normal de apellidos vascos
que existe en el país. Cada año en octubre todo el Colegio participa en la
Fiesta Vasca de la institución, con un millar de alumnos ataviados con traje vasco,
que bailan cinco o seis bailes seguidos, con la ikurriña y la bandera nacional
argentina presentes.
-Fundaste Ekin Dantzari Taldea, adscrito a Eusketxe de
Buenos Aires.
-Sí, somos un grupo que goza de autonomía, pero vinculado a Eusko
Kultur Etxea-Casa de la Cultura Vasca de capital federal. Impartimos clases y
talleres de dantza y de cultura y realizamos actividades de cultura vasca en
general.
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