Maurizio Elizalde Echeverría
Txistulari baztanés. Amaiur 21 de setiembre de 1915 - Arizkun 18 de abril de 1992.
Mauricio nació y residió en el caserío
Lizundegiko-Mendia de Amaiur hasta 1924 fecha en la familia se trasladó al
caserío Martintonea en el barrio de Ainzialde de Arizkun, donde ha residido
hasta el presente. Contrajo matrimonio con Silbestra Elidalde con la que tuvo
seis hijos, cuatro chicos y dos chicas.
Se inició en el txistu con su padre, el
txistulari Antonio Elizalde Iriarte del que también aprendió a bailar las
mutildanzas y otros bailes. Amplió sus estudios musicales - solfeo, clarinete -
sucesivamente con Benito Irura, organista de Arizkun, con Jesús Jiménez,
maestro de las escuelas locales y con Emiliano Apecechea, organista de Errazu.
Como maestros de danza tuvo Rafael Goñi de Arizkun, José Jauregi de Amaiur y a
Juan Migel de Bozate.
Mauricio debutó como txistulari el 11 de febrero
de 1927 en Arizkun, con motivo de la fiesta infantil del "Egun Ttun
Ttun", acompañando a su padre y con Manuel Jaurena como atabalero. Con el
tiempo sustituyó a José Telletxea compañero habitual de Antonio. Padre e hijo
actuaron juntos en las fiestas de Ziga, Lekarotz, Elbetea, Arraiotz, Gartzain,
... y en la década de los años treinta comenzaron a ser requeridos fuera del
Valle de Baztán hasta la jubilación de Antonio en 1950. Con frecuencia ambos
tocaban también el clarinete.
Mauricio Elizalde fue txistulari oficial de
Arizkun y de Elizondo.
También, durante décadas tocó en las fiestas de Elbete, Lekarotz, Gartzain y en
los carnavales de Lantz. Solía llevar la cuenta de las bodas, más de
cuatrocientas, y misas nuevas, más de cuarenta, en las que participaba como
txistulari. En las primeras tocaba las Ioiak cuyas coplas cantaba a
continuación en honor a los recién casados. A sus obligaciones municipales y
otros compromisos hay que añadir una constante y fecunda labor de enseñanza del
txistu en Baztán. Entre sus seguidores hay que citar a Javier Larralde de
Arizkun, cuñado de Mauricio y a Agustin Eraso de Elizondo,
alumno.
Mauricio Elizalde asumió todo el repertorio de su
padre, Antonio, que a su vez lo había recibido por tradición oral de los
txistularis Dorremotz de Almandotz, Pixu de Amaiur y Xamar de
Erratzu. Junto a las melodías adquirió el completo conocimiento de la elección
de las danzas correspondientes. Mauricio completó el repertorio tradicional que
él mismo transcribió en 1943. En este mismo año, el P. Donostia, por indicación
del alcalde del Valle, Gerardo Plaza, hizo una copia del centenar de melodías
manuscritas por Mauricio para el archivo del Ayuntamiento de Elizondo. La
colección incluye mutildantzas, Irridantzas, sagardantzas. zortzikos,
sokadantzas, kalejiras, jotas. porrusaldas, etc. El Padre Donostia escribió:
"Esta copia de música está hecha según otra
escrita por Mauricio Elizalde, de 28 años, txistulari de Arizcun, el cual ha
aprendido de memoria estos bailes de su padre Antonio. He corregido algunos
detalles de ritmo que no estaban bien transcritos en la copia de Mauricio
Elizalde, después de habérselos hecho tocar todos a este txistulari. (...) Esta
copia está hecha el año actual de 1943 a indicación del actual Alcalde del Valle
D. Gerardo Plaza, para que quede archivada en el Ayuntamiento y no se olvide la
música de estos bailes. Colegio de Lecároz, 27 de diciembre de 1943".
Mauricio, con su acompañante el atabalero Félix
Iriarte, recorrió toda Euskal Herria y se convirtió en una de las referencias
de su instrumento. Reclamado por promotores de grabaciones musicales y de
imágenes típicamente vascas, grabó tres discos de larga duración, que contienen
música baztanesa y participó con gran asiduidad ante los medios de
comunicación.
Enseñó a bailar las mutildantzas en numerosos
lugares de Euskal Herria a los que se desplazaba invitado a tal fin o en
Elizondo donde recibía a los dantzaris de grupos urbanos de Euskal Herria. Era
exigente con quienes acudían a él porque decía:
"hay grupos que tocan y bailan nuestras
mutildanzak y no es auténtico. Hacen una pequeña reforma, alguna degeneración,
empezando por los txistularis. Para tocar y bailar bien lo nuestro hay que
nacer en casa, aprender y ser de casa, con un calor y una sangre
naturales".
El género mutildantza se define como
baile de hombres en corro abierto y sentido contrario al de las agujas del
reloj. Literalmente significa danza de muchachos. En el Pirineo occidental se
ha conservado un conjunto de danzas circulares que forman un rico y complejo
sistema integrado por los sauts bearneses, los iautziak y las
mutildantzak. También en la vertiente sur, en la regata del Bidasoa, y
formando parte de ciclos más amplios (Lesaka, Arantza,) se dan bailes en
círculo y sentido antihorario de jóvenes varones que reciben el nombre genérico
de mutil-dantza. Pero hoy, las mutildantzak por antonomasia,
cuyo estilo y coreografías son únicos, configuran un corpus cerrado exclusivo
del Valle del Baztán, hasta el punto de constituir pieza imprescindible, y cada
día más apreciada, de su patrimonio etnomusical.
La supervivencia de las mutildanzak, a
diferencia de lo sucedido con otras danzas populares, ha dependido en algún
momento de unas pocas personas en las que ha convergido la tradición y sobre
quien ha pivotado su posterior difusión. Una suerte de resquicio geográfico y
temporal de gran interés folclórico. No hay, por tanto, en la mutildantza
baztanesa una tradición pura en sentido de transmisión colectiva del
conocimiento ritual. Sino que ésta ha descansado en el saber hacer de muy pocos
agentes transmisores. Se bailaban en señalados días festivos y con motivo de
celebraciones especiales, como la fiesta que seguía al trabajo vecinal en común
(auzalan). Hoy siguen siendo un número esperado y en auge en el
programa de las fiestas patronales, destacando por su eco mediático las de
Santiago en Elizondo. No tienen esa suerte en otros lugares del Valle. En
compensación, una de las ocasiones que ha servido para su apreciación popular
ha sido la fiesta del Baztandarren Biltzarra.
La mutildantza debió de ser antiguamente
una danza de jóvenes solteros, lo cual se ajusta a la denominación. No
obstante, en la última centuria se ha conocido la participación de los casados.
Incluso el protocolo elizondarra reserva hoy el primer puesto al mutildantzari
de más edad. Únicamente los varones adultos son invitados y ahora también se
admite la presencia de niños. Se cuentan diecinueve danzas diferentes:
Hiru puntukua, Billantziko, Biligarroarena,
Biligarroarena zaharra, Billantziko txiki, Billantziko zaharra, Zahar dantza,
Mando zaharraine, Xerri-begi, Xerri-begi zaharra, Muxiko, Zozuarena, Ardoarena,
Añar-haundi, Tellarin, Txoriarena, Añar-xume, Zazpi-iauzi, Zazpi iautzi
zaharra.
Sin embargo, la grabación discográfica que hizo
Mauricio Elizalde en 1971 con el sello Herri Gogoa recogió, además del Aunitz-urtez
introductorio, quince números. Se explica porque, de un lado, no incluyó Biligarroaine
zaharra, Xerri-begi zaharra y Zazpi iautzi zaharra y, de
otro, agrupó, tal como es costumbre, Hirupuntukoa junto a Bilantziko,
y Bilantziko Txiki junto a Bilantziko zaharra.
En la mutildantza, los diferentes pasos,
a diferencia de los iautziak, no son anunciados durante su ejecución,
por lo que las largas secuencias deben ser memorizadas por los mutildantzaris.
Guilcher se lamentaba de que, frente a los iautziak, las unidades
motrices -los pasos- de las mutildantzak están desprovistas de nombres
propios y que su aprendizaje exige la percepción global y la imitación pasaje a
pasaje sin la ayuda de una presentación separada de las unidades que conduciría
a una inteligencia de sus combinaciones. Sin embargo esto no es del todo
cierto. Sí es verdad que los pasos carecen de nombres oficiales, pero
los expertos usan denominaciones simples y comprensibles, más o menos
estandarizadas, que ayudan al aprendiz. Tanto los mutildantzaris baztaneses
como los aficionados que estudian y divulgan la mutildantza dan nombre
a los distintos movimientos. Los pasos o unidades motoras son limitados y se
combinan de diferente forma en cada baile. Estas unidades tienen una duración
desigual. Sobre la base de su escritura en 2/4, existen unidades que ocupan
desde dos hasta seis compases, incluso más si se conviene en que determinada
unidad no es reducible a fórmulas más simples. La duración de los bailes oscila
entre el minuto y medio de las más breves hasta los ocho minutos de las más
largas. El txistulari, atento a las evoluciones, al ritmo y a la melodía, toca
en el centro del círculo que concentra la atención del dantzari.
Mauricio Elizalde fue objeto de una veintena de
homenajes en Baztan, Gipuzkoa y Bizkaia que muestran el reconocimiento y cariño
alcanzados en su labor musical. Cabe destacar la concesión de la Medalla de Oro de la Asociación de
Txistularis del País Vasco, cuya entrega tuvo lugar el 22 de setiembre de 1991
en Arizkun.
Link: https://www.youtube.com/watch?v=oQla7wgzaYo
https://www.youtube.com/watch?v=IKICAlotRo0
Link: https://www.youtube.com/watch?v=oQla7wgzaYo
https://www.youtube.com/watch?v=IKICAlotRo0
Mikel Aranburu Urtasun
2010
2010
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