TRES CUESTIONES
La juventud y la veteranía, como binomio no necesariamente nos dan heterogeneidad. Lo ideal es tener en etapas formativas/crecimiento, grupos con edad similar. Ello mantenido en el tiempo ofrece resultados satisfactorios. La veteranía, la cual sorprende por lo no-habitual, es una nueva-buena costumbre. El físico no acompaña eternamente, todo lo demás, es incrementado a mejor con la edad, la escucha, el ritmo, el gusto, la presencia, el conocimiento, la historia y el compañerismo. Y es en el lugar del abandono, donde aparecen lo Exdantzariak, personas que bailaron un repertorio-determinado, reivindicamos al dantzari, que nace, se hace, y se sigue haciendo, por ello, siempre es dantzari. Por ello que aumenten los veteran@s.
Más mujeres que hombres. La biblioteca se cae hacia el lado donde dice que la danza vasca es cosa de hombres. Axioma, repetido hasta la saciedad. La moralidad imperante en Europa durante el siglo XIX, dejó leyes no escritas, también para los vascos, por las que hemos repetido modelos, los cuales y por suerte, se han demostrado ser falsos. Así con más mujeres y supuestamente todo un repertorio masculino, el repertorio en los centros vascos tomó varias veredas por las que transitar. Convertimos en danzas puramente femeninas, donde antes había parejas perfectamente enlazadas, “cuadrille” y por otro lado cuando la mujer volvía en Euskal Herria a ocupar repertorios, en Argentina, lo varonil se hacía sempiterno, Maskarada-Aurresku etc…
Dantzaris de menos tiempo. Lo bueno en esta vida, es el que casi siempre uno puede volver y seguirla danzando. Repito siempre, no hay nada más sencillo que la danza. Solo un detalle, necesitamos tiempo, todo y más. Sin tiempo suficiente para transitar, abordar el repertorio vasco en su totalidad se hace dificultoso. Lleva años dominar una Murixka y que decir de las Entrexatak. La corta longevidad (duración como dantzari) en los dantzaris hace que se vean danzas sin sus pasos insignes o camuflados. Solo la paciencia y constancia hace realizar cada danza tradicional tal y como se realizan en Euskal Herria.
El folklore no es ajeno a ningún movimiento social, corriente pensadora o estructura geopolítica dominante, independientemente de la época histórica a la que nos dirijamos. El saber del pueblo como su nombre indica, en ocasiones se ha ocultado bajo mantos de moralidad, roles de género ocultos y situaciones e intervenciones artísticas silenciadas, para poder sostener ejes temáticos al son de los discursos dominantes. El ámbito en la danza vasca trascurre en cauces no tan abarcativos. Un repertorio estancado en el tiempo y un calendario que lo perpetua más y más hacen que los cuerpos de danza vasca en la Argentina se deban un verdadero debate. Preguntas como, que somos, que hacemos, que nos gustaría hacer, somos genuinos o iguales a otros, como nos aglutinamos, quien habla por nosotros, podemos decidir nosotros,,etc, son parte de una deuda pendiente. Después del Gazemundu 2002, estas cuestiones ya fueron planteadas, cayendo en el olvido, solo en nuestras manos está su no-repetición y enmienda. El individuo, lo colectivo y la institución, cercana y a continuación aglutinadora, debieran compartir intereses. Solo así, ese sin-fin de frases recurrentes, que nos definen como pueblo, pueden llegar a dejar de lucir como slogan y ser reales. La identidad, no es cuadro en la pared, visto cuando ya pasaron cuatro siglos. Somos responsables a cada segundo de nuestras propias acciones. Regar la planta que es nuestra tradición es una de las tareas más importantes que tenemos y tendremos todos aquellos que somos y soñamos con una Euskal Herria de igual a igual en el mundo.
Uno de los soportes, sostén, en estos planteamientos, es la calidad en la docencia. Pleno siglo XIX, dependemos de muchos factores aleatorios y externos para ser y ser considerado profesores de danza vasca. Esto que es una realidad, no es obvice para que en la Argentina tengamos herramientas para superar las barreras didáctico-pedagógicas que nos plantea la ausencia del estatus oficial del maisu/profesor en Euskal Herria. Vivimos en uno de los pocos países en este mundo donde la danza esta reglada y tiene estatus de carrera universitaria y terciaria. La pasión en lo que uno hace te puede convertir en un profesor de Tango y Folklore versus profesor en danza vasca (es mi caso), siendo una herramienta sumadora y así poder realizar nuestra Tarea cultural y/o educativa en mejores condiciones.
Aitor Alava Zurimendi
6/3/18
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