martes, 25 de febrero de 2014

EL GRAN OLVIDADO



ENRIKE ZELAIA

Es natural de Altsasu (Nafarroa), donde nació el 13 de julio de 1.939. Desde que inició sus estudios de solfeo, a los seis años, hasta su transformación en "Akordeoilari", Zelaia alcanzó en su brillante carrera cotas de prestigio mundial:

Primer Premio en el "VII Certamen de España de Acordeón" en Madrid (1.958). Ese mismo año consigue un honroso quinto puesto en el "V Trofeo Mundial en Viena (Austria).

En 1.959 es Segundo Premio en el "Festival Internacional de Pavía" (Italia), codo a codo con las figuras mas destacadas del acordeonismo mundial. Desarrollando labores de investigador, folklorista, arreglista y compositor, ha editado varios volúmenes de música vasca escrita para acordeón, creando la colección "akordeoilaria". Una dilatada producción discográfica aparece recogida en decenas de discos publicados por las firmas Hispavox, Belter, Divucsa, Orión, Impacto, Perfil, Olimpo, Star, y Herri-Gogoa. 

 Tambien: http://www.youtube.com/watch?v=nqbXZYZrWxE
                  http://www.youtube.com/watch?v=B1xuCnYIG6s

Con el sello Elkar tiene grabada la colección "Zazpiak Bat", antología que dedica un disco a cada una de las siete regiones históricas de Euskal-Herria; aparte de otros recopilatorios y grabaciones como Festara, Dantzak, y Eguberri berriak. Su último trabajo discográfico, 'Herritmilenio', fue presentado con el sello Etxe Ondo. 


En su larga andadura artística,  Zelaia ha compuesto variadas composiciones musicales, destacando de su producción la rapsodia "Zuberoa". Con transcripciones y arreglos de música folclórica y esas composiciones propias, creó un extenso repertorio, con el que a través del tiempo, ofreció conciertos en cerca de un millar de localidades diferentes de toda Euskal Herria, propagando a su vez la música vasca tanto en el estado español como en Francia, Austria, Italia, Inglaterra, Chile, Colombia, Perú, Venezuela, Argentina y México. 



En cualquier lugar de Euskal Herria, hablar de ENRIKE ZELAIA es hablar de “El Acordeonista de Alsasua”. No en vano Zelaia ha dedicado a su localidad natal nada menos que 20 temas musicales sobre carnavales, villancicos, peñas, etc. etc., uno de los cuales es el  “Himno del Alsasua”. En suma: Se trata de un arduo trabajo realizado por un gran artista a lo largo de toda una vida, no solamente para recuperar, propagar y dignificar tanto la música vasca como el acordeón, sino también para dejar constancia de nuestra personalidad, y poder decir al mundo quiénes somos, de dónde venimos, dónde estamos y a dónde queremos ir los vascos de hoy.


Discografia (parte):

 

http://historiasderock.es.tl/Enrike-Zelaia.htm

El carnaval:

“La localidad celebra el martes la fiesta recuperada hace ahora dos décadas tras un esfuerzo de recopilación por parte de los vecinos”

 Esta era parte de la realidad que encontraron los impulsores de la recuperación del carnaval hacia la década de los años 70, una estampa perdida en el pasado que acostumbra a recordarse cuando se habla del carnaval de Alsasua. No obstante, los primeros años de la democracia fueron también tiempos de efervescencias culturales y de reivindicación de identidades que sirvieron para rescatar tradiciones y fiestas locales.



En Alsasua se puede decir que estuvo todo el pueblo implicado en esta labor de rescatar al carnaval del olvido al que había sido relegado, ayudado por el temor que se adivinaba en el rostro de los mayores, al citar a los momotxorros y los acontecimientos de una historia política y social complicada.

Además, las autoridades políticas y eclesiásticos habían denostado el carnaval. "Recuerdo que los mayores nos tildaban de locos cuando íbamos a tomar datos sobre sus recuerdos. Consideraban que el carnaval era algo salvaje y revivirlo suponía volver al pasado, a lo contrario del progreso", relatan José Javier Agirrebengoa y Andoni Beramendi, dos de los integrantes de la comisión.


 El músico Enrique Zelaia lideró la recopilación de testimonios de los últimos vecinos testigos del carnaval original, de boca de los ancianos; la comisión del carnaval se encargó de dar formar a la ilusión y adaptar la tradición a los tiempos actuales, aunque sin perder el espíritu original. Además, la vuelta a la vida del carnaval alsasuarra contó con el apoyo de personas del exterior de la villa que reconocieron el valor de esta tradición.


El historiador navarro Jimeno Jurío, J.A. Urbeltz, así como la formación de danza Andra Mari de Galdakao, (Vizcaya), fueron también definitivos en la vuelta de los momotxorros, mascaritas, sorgiñas, akerras, juan tramposos y demás elementos propios de esta exaltación de Don Carnal. También influyeron otros aspectos como la visión en el cine de la villa de la película búlgara Cuerno de Cabra, filme que reproduce un carnaval rural de este país.

Según los miembros de la comisión, que quedaron impactados por la visión, la imagen era muy similar a la idea que se tenía sobre la tradición alsasuarra. "Coincidían muchos elementos de la sociedad agrícola ganadera con los que se integra el carnaval o ihote de Alsasua", señalan.

Todavía ahora señalan que falta por hacer realidad la idea de recurrir a la embajada búlgara para intercambiar el carnaval local y el propio del país del este que conocieron a través de la citada cinta. La comisión del carnaval rural, integrada por cerca de 8 personas, incide en que esta cita ha logrado integrar a todos los alsasuarras, a pesar de sus diversos orígenes.
 

 Todo este cúmulo de circunstancias hizo posible que en el año 82, la villa acogiera el primer carnaval rural, tras años de suspensión. "Salió como muy espontáneo", aseguran los integrantes de la comisión. La fuerza del carnaval alsasuarra hizo que el grupo de danza, creado también por las mismas fechas, Altsasuko Dantza Taldea, el grupo de danza precursor del actual Aitzindari, recibiera invitaciones para acudir a diversos lugares a escenificar las carreras de los momotxorros.


"La formación de danza desempeñó una gran labor por esta tradición", según señalan integrantes de la comisión del carnaval rural. Los carnavales visitaron toda Navarra desde el sur al norte, Iparralde, las provincias limítrofes y lugares más lejanos como Munich, en cuyo estadio olímpico estuvieron los momotxorros.

José Javier Agirrebengoa, encargado de encarnar a uno de los bueyes de la golda o arado que se incluye en el carnaval, recuerda anécdotas de esa época. "Llevamos el carnaval a las calles de Donostia, invitados por la sociedad Gaztelubide". La actuación de los momotxorros allí fue criticada por la prensa. "Relataban que se había tratado de 47 salvajes saltando y corriendo", detalla, mientras recuerda que los espectadores, "por su actitud, sentados algunos en sillas, no esperaban tener que huir del asedio de las sardas empuñadas por los momotxorros
".

 




El repique vuelve a oírse en Altsasu:

Ayer a mediodía los solemnes sonidos de las campanas se volvieron a adueñar de los rincones de la villa, recordando que era la Cruz de mayo. El repique acompañará a los alsasuarras hasta la otra Cruz, la del 14 de septiembre, el día grande de las fiestas, cuando reciba a la corporación procedente de la ermita del Santo Cristo de Otadia. Fieles a esta cita, minutos antes de las doce se reunieron a los pies del campanario los hermanos Iñaki y Jesús Bengoetxea así cómo Asier Beramendi, tres incondicionales que dejaron por un momento sus tareas para reeditar esta tradición.



Subir los 78 peldaños de la empinada escalera que sube al campanario fue toda una aventura con tintes de película de miedo. Al crujido de la madera de los escalones se unían los sonidos de las palomas, algunas de las cuales salieron despavoridas al ver invadido su territorio. Un fuerte olor anunciaba que habían campado a sus anchas. Ya arriba se confirmaban las sospechas. 

Los excrementos de paloma aparecían por todos los lados: suelo, campanas, vigas… siendo imposible encontrar un rincón limpio.
"Las campanas no suenan bien por la mierda", observó Enrike Zelaia, quien apareció a los pocos minutos. El akordeoilari apuntaba soluciones. "Con lo fácil y barato que era colocar una malla en la bóveda para que no entren las palomas", observó.

Pero las ganas por mantener viva una tradición con gran sentir alsasuarra pudieron ayer. Primero eran tañidos ligeros, con las campanas pequeñas, para continuar con la campana mayor, que aportó solemnidad. Tres toques separados para después unirse la otra campana grande, turnándose ambas campanas. Fueron 25 minutos de repique, cuatro miniconciertos por cada campanero sobre una partitura que recogió Enrike Zelaia a la que cada uno añade su impronta. Para su composición, el akordeoilari recopiló el repique de tres campaneros alsasuarras: los hermanos Mariano y Daniel Martierena y Anacleto Zelaia, que recogió en una partitura que donó al Ayuntamiento de Alsasua para que esta costumbre unida al pasado rural de la villa no se pierda.

 Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción - Altsasu

Precisamente, Zelaia fue quien recuperó el repique en 1960. Su origen e historia los resume en cinco fases: "Comienza a realizarse con cencerros como conjuro para proteger la economía doméstica en época pagana, el cristianismo la adapta y es una llamada a la oración. Después es una referencia horaria, sentido que pierde al pasar a una sociedad industrial y desaparece en los años sesenta. La cuarta fase es cuando recupero esta tradición y finaliza al pasar el relevo a las generaciones futuras", explica Zelaia.

 http://www.youtube.com/watch?v=B_jip0fihwY



 http://campaners.com/php/textos.php?text=3903

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